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Ortega, el adiós a un comercio centenario

La emblemática tienda de textiles de la calle Mayor de Pamplona pone el punto final tras 125 años

Ortega, el adiós a un comercio centenarioIban Aguinaga

Corría el año 1900. Pamplona contaba con 29.000 habitantes. La ciudad se asomaba al siglo XX con los ecos de la Gamazada, de la guerra de Cuba y los albores de un nuevo tiempo. Muy cerca del Ayuntamiento, en el número 1 de la Calle Mayor, abría un nuevo establecimiento textil que acaba de concluir su andadura. Ortega, una de las tiendas más emblemáticas del Casco Antiguo ha echado este lunes la persiana poniendo el punto final a 125 años de historia, por donde han discurrido cinco generaciones incluida la de nuestros tatarabuelos..

Sentimientos encontrados

“Es una sensación agridulce”, comentaba Sagrario Navarro, una de las socias de Ortega, que mezclaba “la tristeza de tener que cerrar el negocio y la alegría de haber estado 125 años habiendo podido atender a tantísima gente”. Para julio ya tenían anunciada la decisión, y ahora la clientela se queda un tanto huérfana. “Nos dicen que qué van a hacer ahora”, relata Sagrario Navarro, que responde que el testigo lo mantienen otros comercios del Casco Antiguo y del Ensanche. Estos días han recogido cariño y anécdotas en una tienda que “ha vendido de todo, sábanas, toallas, mantas, ropa de trabajo, ropa regional, para las peñas, cofradías, comparsas de gigantes...” Género tan variado que ha atraído a perfiles muy diferentes de compradores de Pamplona y alrededores y hasta de fuera de nuestras fronteras.

25 lustros de historia

Esos 125 años de trayectoria de Ortega marcan una cifra redonda al alcance de pocos establecimientos. Un discurrir intergeneracional al compás de la transformación profunda de una ciudad que poco que ver con la que albergó el nacimiento de este comercio. Ortega ha sido testigo del fluir del sigloXX y del primer cuarto del XXI, como afirma Sagrario Navarro, a los pies de la Virgen del Camino de San Saturnino. “Una esquina privilegiada” por ubicación en el cogollo comercial de una Pamplona en 1900 muy txiki que comenzaba a estirarse hacia el Primer Ensanche.

“La sensación es agridulce, con la tristeza de tener que cerrar y la alegría de haber cumplido 125 años”

Sagrario Navarro . Socia de Ortega

Cinco lustros después, uno de los factores que contribuye a la merma de la clientela es el comercio electrónico. “Nos vamos haciendo un poco cómodos. La tecnología nos come el terreno a los comerciantes que estamos a pie de calle”. También alude a las grandes superficies y a otros cambios sociales. Sagrario Navarro observa una clientela que se dedica mucho más al ocio” y una mayor irregularidad en la demanda. Asimismo lamenta la “dificultad de aparcamiento” para compras más voluminosas, la falta de relevo generacional o que ahora eran ocho socios herederos de su padre José Manuel y de Cayuela Ortega. A Sagrario le gustaría que el local se vendiera y se hiciera cargo una familia o persona con voluntad de abrir una nueva etapa. “Pero la gente cada vez quiere las jornadas más reducidas, no trabajar más que mañana o tarde, y eso en un comercio pequeño es imposible”.

Reconoce que aunque se acuerda a diario de su padre, fallecido en 2023, este lunes lo ha tenido “muchísimo más presente,” porque él "ha peleado mucho por la tienda y le ha dado mucha vida al negocio, pendiente con su socio de satisfacer a la clientela y responder a sus demandas con la generosidad y confianza de ese comercio de proximidad especializado que fiaba, daba servicio y hacía barrio y ciudad, tejiendo relaciones de verdadero afecto. “La vida del barrio”, resume Sagrario, que da las gracias a la clientela y a las trabajadoras de la tienda. Hasta siempre.