Unos minutos antes de la elección de material del partido del Manomanista del pasado domingo entre Jokin Altuna y Aitor Elordi, el eco de la extraordinaria demostración de poder del amezketarra ante Laso (9-22) aún resonaba. Un exprofesional con pedigrí en la disciplina hablaba del puntillero guipuzcoano: “Cuando debutó sabíamos que era un artista y que quizás podría llegar a alguna final a todo el frontón, pero esto...”.

Apenas tardó unos días en refrendar las palabras del experto. Volteó a un magnífico Elordi cuando pintaban bastos. Suficiencia. Del 15-18 al 22-18. Siete tantos, uno detrás de otro. Rumbo a las semifinales con un partido aún por jugar después de que los astros se alinearan para sus intereses con el triunfo de Unai Laso sobre Danel Elezkano en el Labrit de Iruñea. Se enfrentará al ganador del enfrentamiento entre Joseba Ezkurdia y Peio Etxeberria de este sábado en La Bombonera en busca de su cuarta final de la disciplina. La fecha exacta y el frontón aún no está definido, pero la eliminatoria se celebrará el fin de semana del 20 y 21 de mayo. 

Altuna III únicamente se ha quedado fuera de las semifinales en seis de las 24 citas que ha disputado como titular en Primera

“Hay mucho trabajo detrás de todo esto, pero también suerte y pocas lesiones. Me están saliendo bien las cosas. Tengo que seguir hacia delante. Me queda una semifinal muy importante y la voy a preparar lo mejor que pueda. Iré a por todas para llegar a la final”, desgranó el puntillero al conocer que era poseedor del billete a la siguiente fase. 

Con todo, la sombra de Altuna III se alarga por la regularidad de su propuesta. No ha cumplido siquiera una década en el profesionalismo y parece ya una leyenda. A la altura de muy pocos están sus números, tan crueles y tan crudos. Debutó el 24 de junio en el frontón Astelena de Eibar con apenas 18 años y aroma a pelotari superclase. A partir de ese San Juan, Jokin ha llenado su zurrón. Con 27 años cumplidos en marzo, lleva once finales a sus espaldas –siete del Cuatro y Medio, tres del Manomanista y una del Parejas– y ha conquistado seis txapelas –tres del Cuatro y Medio (2017, 2020 y 2021), dos del Manomanista (2018 y 2021) y una del Parejas (2022)–. “Es un animal competitivo”, define Darío, amigo y rival en los cuadros alegres de Aspe. Por el camino, además, ha conquistado todos los trofeos añejos del verano, excepto la feria de parejas de San Fermín. En el Labrit sí que ha reinado en dos ocasiones dentro del acotado, en 2019 y 2021, en cuatro finales. Lo difícil parece fácil. Lo extraordinario es rutina. Ya lo dijo Darío...

Seis veces fuera de las semifinales

Altuna III perdió la txapela del Cuatro y Medio de Segunda apenas unos meses después de aterrizar en el profesionalismo. Fue ante Iñaki Artola. Su extraordinaria visión de juego y espectacularidad en un tiempo de gigantes –Juan Martínez de Irujo, Aimar Olaizola, Titín III, Pablo Berasaluze, Oinatz Bengoetxea o Yves Xala daban lustre a la Liga de Empresas–, le dio la oportunidad de entrar en Primera y en los estelares. En 2015 inició su periplo individual: en el mano a mano rebasó dos eliminatorias y perdió en cuartos de final; en el acotado, entretanto, quedó varado en la liguilla de cuartos de final. Pese a su bisoñez dio una gran imagen, llegando a derrotar a Olaizola II, monarca de la especialidad. Ganó dos partidos, pero el tanteo le condenó.

“Hay mucho trabajo detrás de todo esto, pero también suerte y pocas lesiones. Me están saliendo las cosas”, relata el amezketarra

Despegó en 2016. Fue suplente en el Parejas y en el mano a mano perdió la semifinal ante Mikel Urrutikoetxea (22-6). En el acotado alcanzó la final y perdió contra Oinatz Bengoetxea por 22-21 en un partidazo. 

En el Cuatro y Medio no se ha bajado del último partido desde entonces, mientras que en el Manomanista suma seis semifinales en las últimas ocho ediciones. Solamente se quedó fuera en 2017 –perdió con Rezusta 22-14– y 2019 –perdió con el campeón Irribarria por 18-22–. En el Parejas tiene números similares: de sus siete participaciones como titular, en cinco ha aterrizado en la antesala de la final. En 2018, 2019 y 2022, incluida txapela, con Martija; en 2021 con Mariezkurrena II y en 2023 con Tolosa. 

En definitiva, solamente ha quedado fuera de seis semifinales en 24 campeonatos oficiales. Una barbaridad. Desde que estalló la pandemia, no ha faltado a ninguna. Diez seguidas. Una detrás de otra.