Pamplona. El Gobierno de Navarra recuperó ayer su discurso más retrógado respecto al proceso del final de la violencia. Lo hizo por boca del consejero de Educación, José Iribas, que durante una respuesta parlamentaria proclamó tajante y sin ambigüedades que en Navarra "no hay más víctimas que las víctimas de ETA".

Lo hizo en respuesta a Bildu, que había requerido al Ejecutivo autonómico sobre las iniciativas que tiene previsto realizar para "reconocer y reparar" a "todas las víctimas del conflicto, sin exclusiones". La respuesta, sorprendentemente, recayó en el responsable de Educación. "Lo primero para reconocer y reparar a todas víctimas es que ETA abandone armas, las entregue, se disuelva y sea capaz de pedir perdón a esa madre que ayer veíamos en televisión cómo habían masacrado a su niña", proclamó Iribas, que pidió a la coalición soberanista que exija que ETA pida perdón a la madre de la niña asesinada en Santa Pola en 2002. "Las víctimas son las de ETA, no ha habido otras. Y a ellas es a las que quienes parecen tener posibilidades de influir en sus actuaciones deberían decirles que abandonen las armas que ya no deberían tener si han abandonado el terrorismo", afirmó Iribas, que reclamó a Bildu que "no vuelvan a equiparar jamás a víctimas y verdugos".

Escoltas Bildu también preguntó al Gobierno sobre sus planes para modificar o suspender medidas de protección de autoridades tras el cese de ETA, algo que según dijo Maiorga Ramirez, en la CAV ya se está haciendo. En su respuesta, el vicepresidente Roberto Jiménez explicó que en Navarra no habrá cambios en lo que respecta a la Policía Foral, que se encarga de la protección de los consejeros. "El resto corresponde a otras instancias, y como es público y notorio, se están dando pasos", destacó Jiménez, que defendió la protección de los miembros del Gobierno. "Igual no hay atentado, pero te pueden dar varios tartazos", destacó.