pamplona. ¿Cuándo se empieza a hablar de navarrismo como tal?

El navarrismo aparece por primera vez en la prensa en 1867, cuando se propone crear un partido de navarros para Navarra. A partir de ahí ha habido una gran variedad de navarrismos, distintas formulaciones. Los más radicales, los partidarios de la reintegracion foral, en teoría al menos eran los carlistas, pero también eran navarristas los liberales, los republicanos y los socialistas.

Eso significa que lo eran la mayor parte de las fuerzas políticas

A lo largo del tiempo todas las fuerzas políticas de Navarra se han declarado navarristas. Ha sido una bandera de enganche de los distintos partidos que la utilizaban en clave partidista. En todo caso era una situación más compleja que la actual, en la que el tema del componente vasco o no de Navarra no se planteaba. Hoy diríamos que hay un nabarrismo con "B", que sería vasquista y un navarrismo con "V" que a juicio de los primeros respondería a intereses subordinados a Madrid.

Pero, ¿no había diferencia de criterios sobre el tema vasco?

Históricamente no se ha planteado si Navarra es vasca o no con el peso que la cuestión tiene ahora. Hasta la Guerra Civil navarrismo, españolismo y vasquismo no eran términos contrapuestos. Había una clara diferenciación en la práctica entre lo que era el vasquismo cultural y el político que defendía la unión con Vascongadas.

Entonces, ¿por qué han fracasado los diversos intentos de unión?

En todos los momentos que se han planteado proyectos de colaboración han surgido dudas y crisis incluso dentro de los propios partidos. Los argumentos en contra hacen hincapié en el particularismo navarro derivado de la personalidad histórica diferenciada del reino y de ahí que por parte de estos sectores se critique la integración o colaboración con las Vascongadas.

¿Cómo ve el navarrismo de ahora?

Ahora estamos en otra etapa. Hoy el planteamiento navarrista entendido como un movimiento identitario y que defiende Navarra como sujeto político diferenciado, tiene un planteamiento diferente del que tenía en parte de sus ancestros ideológicos antes de la Guerra Civil y lo mismo puede decirse de las izquierdas. La historia traumática del conflicto civil y sus consecuencias ha tenido una deriva que ha abocado a fortalecer un determinado tipo de opción y a ello han contribuido muchos factores. Es lógico que ocurra así en una tierra que ha experimentado tantas transformaciones socioeconómicas.

¿Podemos hablar de radicalización de las posturas?

Sí. Un navarro de cualquier fuerza política de hace 100 años se quedaría sorprendido de las cosas que se dicen ahora, porque se ha tendido a una división que hace 100 años era impensable. Entonces el navarrismo con B y con V era el mismo, todo el navarrismo era sumamente vasquista y, a la vez, no hacía ascos al españolismo. La simplificación actual quita toda posibilidad de matices intermedios y dificulta la posibilidad de entenderse. Hay una fractura social cada vez más evidente porque cuando se plantean las cosas desde una perspectiva excluyente todas las posturas de otro tipo desaparecen.

Esa fractura se esta evidenciando de manera clara con la conmemoración de la Conquista de Navarra, ¿cómo ve usted ese debate?

Yo no soy especialista y no puedo hablar de 1512 pero lo cierto es que la historia ha servido siempre como arma de combate. A mi juicio, comparar la situación de Navarra actual con la de 1512 con los mismos parámetros, no tiene mucho sentido. 1512 lo están utilizando tirios y troyanos y el problema es que cada cual selecciona lo que quiere. Es bastante peligroso diseñar el futuro en función de pasados remotos.