pamplona. No le iban mal las cosas a Nasuvinsa. De hecho, era la empresa pública de Navarra con unas cuentas más saneadas después de asumir la herencia de Vinsa, que se había encargado de gestionar toda la vivienda protegida en la Comunidad. De la unión de la propia Vinsa, Nasursa y Nasuinsa, nació Nasuvinsa tras la primera reestructuración del parque empresarial público. Encargada de todo lo relacionado con la política de vivienda y suelo, gestión y promoción de inmuebles y polígonos industriales, asumió el Plan de Inmuebles del Gobierno.

Tras la compra de todos los edificios y solares del Gobierno y de otras empresas, como gestor único de todo el desarrollo urbanístico de la Comunidad foral, Nasuvinsa ha pasado de tener un saldo positivo en sus cuentas de 20 millones a tener tan solo dos millones de margen positivo. No es poco, pero parece ser suficiente para que el Gobierno se plantee su viabilidad como actualmente está. Así, después de cargarle con más de 20 millones de números negativos, el Gobierno ha planteado sobre esta empresa un ERE para 23 de los 87 trabajadores. 4 de ellos podrían ser recolocados y para los otros 19 planteó despidos.

Después de las regulaciones en Cein (34 despidos), Intia (21 despidos) y Ganasa (65 pero todavía abierto) el de Nasuvinsa era el siguiente ERE en llevar a cabo por el Gobierno. El propio director de la Corporación Pública, Jorge San Miguel exponía esta misma semana que la situación es "muy complicada" y defendió la necesidad de continuar con el plan de reestructuración de las empresas públicas.

De momento la regulación en Nasuvinsa está parada tras aprobar el Parlamento una ley por la que cualquier modificación o regulación en las empresas de la corporación pública deberán estar aprobadas también por la mayoría de la Cámara.

Mientras, el Gobierno se prepara para recortar la plantilla de esta empresa -está obligando a los trabajadores a justificar su puesto- que, con Vinsa como actor principal, ha sido uno de los principales motores de la corporación pública.