pamplona - Considerado hasta ahora un fiel termómetro de las preferencias políticas en el resto del Estado, el territorio alavés abandonó ayer esta condición para asumir un nuevo rol más parejo a las vecinas Gipuzkoa y Bizkaia. Así es al menos si echamos un vistazo a lo alto de la clasificación que arrojaron los resultados electorales la noche del domingo.

Araba es abertzale, pero sobre todo es plural y engloba una macrocefalia social tal que las pequeñas formaciones pujantes son capaces de aglutinar más votos que la vencedora en las urnas. Aún así, el estrecho margen en la saca de sufragios de cada uno de los partidos en liza no resta importancia a la histórica victoria de EH Bildu en un territorio donde el gobierno de la Diputación Foral de Álava y del Ayuntamiento de Vitoria está en manos del PP.

La izquierda abertzale se impone en la plaza fuerte de los populares en Euskadi y lo hace seguida de cerca -2.500 votos- del PNV. El nacionalismo marca la pauta frente a la debacle del bipartidismo que en Álava siguió la tendencia del resto del Estado y demostró el hartazgo de la ciudadanía ante este modelo.

Solo Vitoria y las principales localidades de Rioja Alavesa dieron un respiro al partido presidido por Alfonso Alonso en Álava, mientras que Laudio y Amurrio, los dos principales poblaciones tras la capital, elevaron a EH Bildu y PNV, respectivamente, a la primera línea en las preferencias de los votantes.

Si estrecho es el margen que separa a las fuerzas más votadas en el territorio, esta brecha queda reducido a un puñado de votos en Gasteiz. El PNV sumó cerca de 300 votos más que en los anteriores comicios continentales celebrados en 2009, pero de nada le sirvieron para remontar posiciones. Después de ser la primera fuerza en las últimas elecciones autonómicas, el pasado domingo se tuvo que cofirmar con el cuarto puesto del oficioso escalafón local; eso sí, a menos de 2.500 papeletas de los populares. Las diferencias se apuran aún más entre Partido Popular, EH Bildu y PSE, las tres primeras fuerzas por este orden a las que separaron 441 votos. Ahora bien, si atendemos a la evolución del voto que han experimentado cada una de las bancadas vemos que mientras las dos corrientes nacionalistas crecen en relación a los resultados de 2009, las fuerzas constitucionalistas mantienen su posición en el podio pero no son capaces de frenar la pérdida de apoyos que relevan las comparaciones con los últimos comicios.

Y frente a los cuatro grandes bloques de la política vasca, Podemos repite en el censo gasteiztarra el quinto puesto que reflejan los resultados alaveses. Cerca de 10.000 votos que convierten a la fuerza progresista, también en Álava, en un inesperado invitado en el reparto de la tarta electoral. Todo ello, con una participación casi cuatro puntos por encima de la cita de hace un lustro. - A.A.

Tres partidos en 400 votos. El PP aguantó el tirón en Vitoria y pese a perder sufragios se mantuvo como primera fuerza, aunque tan solo a un puñado de votos de EH Bildu y PSE. El PNV, cuarto, logró 2.500 papeletas menos que los 'populares'.

Vitoria y Rioja Alavesa. Fueron los dos puntos en los que el PP salvó los muebles, pese a perder también aquí gran parte de sus históricos apoyos.