En paradero desconocido desde el año 2001, las fuentes policiales le situaron como la voz que leyó, junto a Pla, el comunicado de cese definitivo de la violencia el 20 de octubre de 2011. Antes de aquel episodio Iratxe Sorzabal había protagonizado un amplio historial criminal y se le atribuyen al menos tres delitos de asesinato. Tras el fin de la actividad violenta, viajó a Noruega para negociar la entrega de las armas y, una vez expulsados del país nórdico, se refugio al norte del Bidasoa.
Natural de Irun y nacida en 1971, Sorzabal y ha sido imputada por la Audiencia Nacional por tres asesinatos: el del policía Eduardo López Moreno, el de Josefina Corresa en El Corte Inglés de Valencia en 1996 y el del ertzaina Ramón Doral en 1996. Además, se le atribuyen otros dos atentados en grado de tentativa, quince delitos de terrorismo y uno por integración de banda armada. Según fuentes de la lucha contra ETA, formó parte de los comandos Sugoi e Ibarla. En el año 1997 fue detenida en Bretaña y condenada a tres años de cárcel. En España, fue detenida en 2001 acusada de haber participado en los tres asesinatos que se le imputan, aunque el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno se vio obligado a dejarla en libertad, a petición del fiscal Fernando Burgos, por falta de pruebas consistentes.
Entonces, Sorzabal dijo haber confesado bajo tortura su participación en el comando Ibarla y presentó una denuncia acompañada de algunas fotografías que generaron un considerable revuelo. Sorzabal también fue portavoz de Gestoras Pro Amnistía y las fuentes policiales siempre le han situado detrás de posiciones particularmente duras.
Tras su regreso a la clandestinidad, en torno a 2008 se situó en la cúpula de la banda y, según fuentes policiales, fue quien leyó en euskera el comunicado que ETA hizo público con motivo de su 50 aniversario en el año 2009. Mayor trascendencia tuvo el comunicado de octubre de 2011 que le llevó después a viajar junto a Josu Urrutikoetxea y David Pla a viajar a Noruega para negociar las cuestiones técnicas ligadas al desarme de la banda. El fracaso de esta vía y su expulsión del país le llevó a una situación de cierto impasse en la banda que concluyó con su detención ayer en Baigorri.
Conocido por haber puesto voz al comunicado del cese definitivo de la violencia en octubre de 2011, David Pla ya había ejercido de portavoz de Jarrai durante los años 90 y era un rostro popular dentro de la militancia de la izquierda abertzale en Pamplona. Llegó a formar parte de la lista de HB en Iruñea en las elecciones de 1995 y fue uno de los jóvenes que en marzo de 1997, cuando tenía 22 años, irrumpió en el Seminario de la capital navarra para protagonizar una huelga de hambre solicitando el acercamiento de los presos de ETA. Poco tiempo después la Policía le situaba ya en ETA y en el año 2000 fue detenido, acusado de pertenecer a un comando. La de ayer fue su segunda detención desde entonces, en esta ocasión en la dirección de la banda y en una operación a la que el Ministerio del Interior da máxima relevancia.
Nacido en 1975 en la capital navarra, su presencia con tan solo 20 años en una lista de Herri Batasuna al Ayuntamiento de Pamplona habla de la precocidad con la que Pla comenzó a medrar en la izquierda abertzale de los años 90 en Iruñerria. Quienes le recuerdan de la época de la huelga de hambre en el Seminario, mencionan a un militante con un discurso “tajante, pero elaborado” para su juventud. En el año 2000 la Policía le detuvo acusado de formar parte del Comando Aragón y cumplió una pena de 6 años por integración en banda armada. Salió de prisión en el año 2006 y recibió un homenaje en Barañáin, localidad de la que ha sido vecino.
En 2010 fue de nuevo detenido, en esta ocasión en Hendaia, si bien fue poco después puesto en libertad al considerar las autoridades francesas que no había pruebas suficientes para enviarle a prisión. Su detención había obedecido a que las autoridades españolas le situaban como un “dirigente clave del aparato político de la banda” y le relacionaban con el grupo de abogados detenidos en aquella operación. Poco tiempo después, Pla pasó a la clandestinidad y tras las sucesivas caídas de las cúpulas de la banda, término en la dirección de la organización.
Curiosamente, después de que leyese el comunicado en el que anunciaba el final de la actividad violenta de la banda, el programa de televisión Salvados de La Sexta, entrevistó por casualidad a su padre en una manifestación celebrada en Pamplona. En el periodo posterior al cese definitivo, viajó a Noruega junto a Josu Urrutikoetxea e Iratxe Sorzabal para negociar el desarme de la banda, aunque en marzo de 2013 fueron expulsados del país. Entonces se perdió su localización, hasta ayer.