pamplona - El rey Juan Carlos convivió entre 2009 y 2012 con la consultora germano-danesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein en un refugio suizo de 300 metros en el lujoso complejo Domaine Rochegrise que ella vendió en 2013, según publicaba ayer el diario digital elespanol.com, que describía el inmueble y los discretos hábitos de vida que el monarca emérito tenía cuando se alojaba en él con Corinna y su hijo.
El dúplex, de unos 300 metros cuadrados, era un lugar de mucha más privacidad que la casa del recinto real en el monte del Pardo habilitada para CSW y su hijo, explicaba la web. Para disfrutar de este lugar de relax hay que pagar ahora 7.000 euros diarios, un precio asequible para algunos de sus inquilinos habituales, como los miembros de la familia real de Qatar -los al-Thani- o para el Aga Khan, amigo de la infancia de don Juan Carlos y principal empleador de la infanta Cristina en su fundación en Ginebra.
Aunque CSW y su madre lo vendieron en el otoño de 2013 a la vivienda se le ha quedado el nombre de The Royal porque “perteneció a un miembro de la familia real española”, según escribe la periodista de viajes neozelandesa Justine Tyerman, que también lo califica de “opulento más allá de lo creíble, con magníficas obras de arte y estatuas”. La bodega privada incluye botellas de Petrus que superan los 2.000 euros o un Vega Sicilia de 1970 por 500 euros.
propiedad Sobre el papel, la vivienda nunca perteneció a don Juan Carlos, sino a CSW y su madre, que lo adquirieron juntas porque la legislación suiza limita el número de metros que un extranjero puede comprar. Así, la planta de abajo debió ser escriturada a nombre de la madre.
Entre 2009 y 2013, la policía suiza solía acudir un par de veces al año para comprobar que las condiciones de seguridad se adecuaban al jefe del Estado extranjero al que tenían la obligación de proteger, según El Español. Una de las pruebas consistía en buscar un doble de altura y peso similar al del monarca para hacerle saltar por la ventana simulando una emergencia. Al rey emérito se le veía poco pues se fue recluyendo en el dúplex, una especie de nido forrado de madera, por sus problemas de movilidad. Tras la polémica por la cacería en Botsuana, fue puesto a la venta. - D.N.