PAMPLONA. Lanzarote, Senegal, Egipto, Argentina, Paraguay, Costa Rica... no hay parque nacional que no conozcan los miembros de la Junta de Bardenas. Durante los últimos diez años los responsables de la gestión del Parque Natural han viajado a distintos puntos del planeta a cargo de la Comunidad de Bardenas Reales. Viajes de una semana con todos los gastos pagados a los que en muchas ocasiones se invitaba a los representantes de las 22 entidades congozantes, en su mayoría alcaldes de UPN y PSN, que incluso podían delegar en algún compañero de corporación aunque este no estuviera vinculado con la entidad.
“Tienen que ir todos porque son los que luego tienen que votar”, justificaba el presidente de la Junta hasta 2013, José Antonio Gayarre, que cuando alguno de estos viajes se hizo público denostaba las críticas porque se financiaba a cargo de la propia Comunidad: “Pagamos los desplazamientos con nuestros propios medios”, argumentó en 2008, cuando se supo que 44 personas vinculadas a la dirección del parque iban a viajar una semana a Senegal. El 75% de los ingresos de la Junta de Bardenas provienen del alquiler del polígono de tiro al Ministerio de Defensa.
El de Senegal fue uno de los pocos que trascendió públicamente, aunque no con todos los detalles. La comisión permanente, por unanimidad, acordó visitar entre el 23 de febrero y el 1 de marzo los parques naturales del país. Un viaje financiado por la entidad al que se invitó a un representante de cada miembro congozante, así como a los “asesores” que quisieran asistir.
Un destino justificado por “exótico” y al que se apuntaron 18 de los 22 municipios congozantes. A ellos se sumaron además un representante del sindicato agrario UAGN, y los acompañantes de los cargos invitados, aunque estos debían abonar su parte. En total, 44 personas con un coste aproximado de 30.000 euros. En el caso de Tudela no acudió ni su representante en la Junta ni la edil de Agricultura y Medio Ambiente, sino la responsable del área de Bienestar Social. “Vamos a aprovechar este desplazamiento para poner al tanto a los nuevos ediles que han entrado en los ayuntamientos de lo que realmente es la Comunidad de Bardenas”, explicó entonces Gayarre. Apenas unos meses antes habían sido las elecciones municipales, por lo que algunas corporaciones habían sido renovadas.
La dinámica se repetía prácticamente cada año. En 2006 el viaje fue a Egipto, y un año después, en víspera electoral, a Lanzarote. “Por el señor presidente se informa de los posibles días para realizar el viaje y los lugares de visita, que se han preparado con la empresa Viajes Marfil, con un presupuesto de 680 euros más tasas (+/- 30 euros), y los días previstos serían salida el 9 de febrero y regreso el día 15 de febrero”, recoge el acta de la comisión permanente del 16 de enero de aquel año. Así, se aprueba por unanimidad “invitar a una persona por entidad congozante más los miembros de la comisión permanente”. Finalmente, la Comunidad de Bardenas sufragó el viaje de 24 de sus miembros con un coste estimado de 16.800 euros.
En otras ocasiones el viaje se limitaba a una representación más pequeña. Generalmente, un miembro de la comisión permanente como representante oficial de la Comunidad y dos o tres personas elegidas directamente por el presidente de la Junta. Es el caso del viaje a Argentina, también en 2007 pero después de los comicios forales que dejaron a UPN en la presidencia del Gobierno tras una tensa campaña con el PSN. Los agraciados del viaje a Argentina fueron dos alcaldes socialistas.
Algo similar ocurrió en 2012, aunque esta vez el destino fue Costa Rica. Al viaje, de una semana y un coste de 8.000 euros, fueron invitados tres miembros de la comisión permanente y dos alcaldesas de UPN, ambas nuevas en el cargo. “Tienen que ir conociendo cómo funciona la comunidad”, explicaba entonces Gayarre, que era además quien decidía quién podía ir: “Elijo yo porque soy el presidente”, zanjó ante quienes preguntaron entonces.
Sin justificación clara Oficialmente todos estos viajes tenían una motivación vinculada al parque, aunque luego ninguno ha tenido consecuencias reales. De hecho, en la mayoría de los casos la motivación principal era recabar “ideas” para el proyecto de Aguilares, un centro de educación ambiental que todavía no se ha construido. Otras veces, la visita se justificaba en la participación en “charlas” y “jornadas”, o en la firma de convenios de colaboración. Acuerdos breves y genéricos en los que se aboga por un “intercambio de conocimientos”, y que iban siempre firmados por un miembro de la comisión permanente. El papel de los alcaldes invitados quedaba en un segundo plano.
Y aunque en algunos casos consta un informe de conclusiones del viaje, estos apenas tienen contenido de interés para el parque. Sirva como ejemplo este pasaje recogido en el informe del viaje al parque Djoudj de Senegal. Un documento de cuatro folios, de los que apenas 14 líneas hacen mención a un viaje que tuvo un coste de más de 30.000 euros. “Cantidad de aves, pelícanos, corzos, flamencos, gansos. En la orilla serpientes y cocodrilos. ¡Impresionante!”. - I.F.