pamplona - El pasado mes de abril, semanas antes de que ETA anunciara su disolución, elaboró una última edición del boletín interno de la banda, Zutabe, en la que hizo balance de todas sus acciones y cifró en 758 las personas asesinadas. Suponen casi un centenar menos de las que le atribuyen el Ministerio del Interior, que las eleva hasta 853, y las asociaciones de víctimas, que contabilizan 829 víctimas mortales.
La principal novedad es que por primera vez, la organización asume como propios dos atentados: la matanza de 1974 en la cafetería Rolando de la calle Correo de Madrid, donde un explosivo acabó con la vida de 13 personas, y un triple asesinato en Tolosa el 21 de junio de 1981, en el que la banda confundió a vendedores de libros con agentes de policía.
Según publicó ayer el diario Gara, en el último Zutabe ETA reconoce que estas dos acciones fueron de su autoría, con lo que se suman a las 2.604 que ya había asumido hasta el momento.
Respecto al atentado de la cafetería Rolando, fue uno de los más sonados de la banda en la época de la dictadura y se trató de su primera acción indiscriminada. Aunque el establecimiento era frecuentado por agentes de la Dirección General de Seguridad, la mayoría de las víctimas mortales fueron civiles.
confundidos con policías En cuanto a los tres asesinatos de Tolosa, fallecieron Iñaki Ibargutxi y los hermanos Juan Manuel y Pedro Conrado Martínez Castaños, que se dedicaban a vender libros y casetes para aprender euskera y a los que confundieron con agentes de la Policía Nacional.
La organización nunca quiso admitir el error cometido e incluso llegó a emitir un comunicado en el que negaba la autoría de estos asesinatos. Aquel 21 de junio de 1981, Ibargutxi y los hermanos Martínez Castaños se habían desplazado a Tolosa desde Bizkaia, donde residían, para dedicarse a vender a domicilio material didáctico, fundamentalmente libros y casetes en euskera.
Se tomaron un respiro en su jornada laboral en el bar Beti Jai, en el que acostumbraban a comer, y al salir, cuando iban a subirse a su coche, fueron acribillados a balazos. Dos de ellos, Iñaki Ibargutxi y Juan Manuel Martínez, murieron en el acto, mientras que Pedro Conrado Martínez padeció una larga agonía hasta fallecer el 28 de marzo de 1982 a causa de las heridas sufridas en aquel atentado.
Las crónicas de la época reflejan que los atacantes abandonaron el lugar al grito de “Gora ETA militarra” (Viva ETA militar) y el Mando Único Antiterrorista rápidamente atribuyó el atentado a esta rama de la organización terrorista, que un día después comunicó telefónicamente al diario Egin que no había tenido ninguna relación con lo sucedido.
Tal vez la identidad y filiación política de las víctimas llevaron a ETA a negar su autoría. Iñaki Ibargutxi, de 26 años, natural de Ugao-Miraballes (Bizkaia), era afiliado del PNV, y Pedro Conrado Martínez, de 31 años, casado y con un hijo, había militado en CCOO y era miembro del Partido Comunista de España (PCE).
ETA también menciona otros de los atentados que cometió como el asesinato en agosto de 1968 de Melitón Manzanas, jefe de Policía en Gipuzkoa, para apuntar que no fue una respuesta a la muerte del miembro de la banda Txabi Etxebarrieta, sino que “la decisión estaba tomada de antemano”. - Efe/D.N.
“el mayor error y desgracia”
21 muertos. ETA hace referencia a su atentado más sanguinario, cometido en Hipercor en Barcelona el 19 de junio de 1987, en el que murieron 21 personas y 45 resultaron heridas, y afirma que fue “el mayor error y desgracia” de su “accionar armado”, pero alega que “los responsables policiales y gubernamentales tomaron la decisión de no desalojar el edificio”. En su último boletín ETA también señala que en 2001 “se realizaron tres intentos de atentado contra el presidente del Gobierno, José María Aznar, con la utilización de un misil mientras estaba en vuelo”, que se suman al que le hicieron cuando era el jefe de la oposición.