- El Parlamento de Navarra cerró el jueves uno de los debates de enmiendas parciales más plácidos que se recuerdan. El acuerdo presupuestario entre el bloque progresista -PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E-, la incapacidad de Navarra Suma para salir de sus insuficientes 20 escaños y el escaso margen económico que dejan unas cuentas expansivas y pensadas para la pandemia han abocado a las enmiendas parciales a poco más que un trámite en el que apenas ha habido margen para salirse de lo pactado.

Al final, han sido 274 enmiendas aprobadas por un valor de 13.671.458 euros, una cifra dentro de la horquilla de alrededor de 10 millones que el bloque progresista pactó a finales de noviembre. Y si hay un indicador de que ha sido un debate plácido, por momentos incluso plano, es que todas las enmiendas aprobadas fueron propuestas por el bloque progresista. Es decir, ninguna de las casi 300 propuestas planteadas por Navarra Suma vio la luz, algo prácticamente insólito, ya que todos los años suele colarse alguna.

Pero en esta ocasión, ni eso: el acuerdo se ha mostrado sólido, y se ha negado a pasar ni una sola de las enmiendas de la derecha, en su mayoría irrealizables por su falta de encaje en la realidad económica de las Cuentas. Una estrategia sin duda deliberada, con la que Navarra Suma ha pretendido quedarse en la comodidad de una oposición que solo pone encima de la mesa propuestas irrealizables que le permitan decir: yo lo he intentando, pero no me las han aprobado.

Al margen de la ampliación del gasto público -en un Presupuesto de más de 4.000 millones, 13,6 millones tampoco es que cambien demasiadas cosas-, el debate de las enmiendas parciales deja varias lecturas políticas.

La primera y más importante, la de la cohesión de un bloque progresista que, cuando las cosas se han puesto feas, ha funcionado a una. La pandemia ha amalgamado a las fuerzas de izquierdas, conscientes de tener que unirse para darle a la crisis una salida alternativa a la que dio la derecha a la financiera y política de 2011. El amplio techo de gasto -230 millones más que en 2020- y las necesidades motivadas por el coronavirus dejó poco margen para los grupos, alrededor de 10 millones. Pero no ha habido ni quejas ni reproches por no poder gastar más: la tónica general ha sido la del pragmatismo, el hacer lo que se puede hacer con lo que hay, un actitud que ha estado a prueba de provocaciones. Porque la derecha se ha pasado todo el debate tildando de "migajas" las enmiendas que, es cierto, esta vez han sido menos cuantiosas que otros años. Pero el margen es el que es, y los grupos de Gobierno no solo lo han asumido, sino que lo han defendido como ejemplo de buena gobernanza en tiempos inciertos frente a una derecha que ha planteado gastos por valor de 250 millones sin respaldo financiero, y al tiempo que defienden una reforma fiscal que privaría a las arcas forales, por lo menos, de recaudar 100 millones de euros.

La segunda lectura es la del nuevo papel que, desde que se hizo público el acuerdo presupuestario entre el Gobierno, sus socios y EH Bildu, desempeña la derecha, sumida en la irrelevancia por un autoaislamiento deliberado. Es una estrategia que puede durar un tiempo. Pero a la larga, el pataleo infructuoso -como el que se ha visto esta semana- es insostenible. En el trabajo parlamentario, pero también de puertas hacia adentro, porque Navarra Suma es una coalición pensada para gobernar, no para quedarse sin ni siquiera las "migajas" que afea a los demás. El síntoma definitivo de la impotencia de la derecha fue comprobar cómo algunos portavoces -especialmente Carlos Pérez-Nievas, Marta Álvarez o Cristina Ibarrola- abandonaban el debate de las enmiendas para centrarse en la crítica descarnada al Gobierno, no por la redacción de las Cuentas en sí, sino por su política de alianzas o por la reciente decisión del Supremo sobre el consejero Manu Ayerdi.

Pero más allá de las lecturas políticas, lo importante es que el Presupuesto, expansivo y por la izquierda, y tras el jueves con 13,6 millones más, ha quedado listo para la aprobación de su dictamen, el paso previo a que el 23 el Parlamento valide definitivamente las Cuentas de 2021.

274 El Parlamento cerró el jueves el debate de las enmiendas parciales con 274 enmiendas parciales aprobadas, todas del bloque progresista -PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E-.

Hoy, el debate fiscal. El Parlamento de Navarra coge hoy, viernes, el último paso antes de la aprobación del dictamen: el debate de las medidas fiscales. A priori, sin sorpresas, ya que el bloque progresista también tiene un acuerdo para este apartado, clave en los ingresos del Gobierno.

21 El Parlamento ha fijado para el lunes, 21 de diciembre, la aprobación del dictamen. Es el último borrador de los Presupuestos antes de que el día 23 la Cámara los apruebe definitivamente, tras un debate en el que se podrán hacer ajustes de última hora.