- El Senado mostró ayer su rechazo a una moción presentada por el senador navarro Koldo Martínez, de Geroa Bai pero dentro del grupo Izquierda Confederal, en la que pedía al Gobierno que investigue “a fondo” el contenido de los audios revelados por Público a finales de febrero, y en los que se podía escuchar a Gómez Nieto, capitán de la Guardia Civil, y el coronel jefe del Cesid, Juan Alberto Perote, comentar cómo el navarro Mikel Zabalza “se les había ido” durante un interrogatorio con torturas en el cuartel de Intxaurrondo.

En su defensa, el senador autonómico por Navarra advirtió que aquellos que se opusieran a la moción están siguiendo la línea de los jueces e investigadores que desde 1985 han evitado investigar a fondo, la de la opacidad que ha impedido la reparación de la familia Zabalza o la de Felipe González, presidente del Gobierno por aquel entonces y quien “sabía lo que ocurrió”. “Que el Gobierno movilice a la Fiscalía para reanudar el caso a la vista de estos audios”, pidió Martínez, que dijo que de lo contrario se estaba “ahogando a la democracia con una bolsa de plástico”.

Ni aún así consiguió Geroa Bai el respaldo de la Cámara. Y eso que era el mismo texto que se aprobó por unanimidad en Navarra, con el apoyo de UPN, PP y Cs -en Navarra Suma- y el PSN, prueba de la falta de coherencia con este tema.

Hubiese bastado con que el PSOE, que desarrolló una intervención comprensiva con la familia y honesta desde el punto de vista del reconocimiento de los casos de tortura, hubiese apoyado la moción, ya que tienen 113 senadores y, junto con los del grupo proponente, el PNV y ERC-EH Bildu, para aprobarla.

Pero los socialistas presentaron una enmienda para eliminar la apelación directa al Gobierno de España del texto del senador navarro. Tontxu Rodríguez Esquerdo, senador del PSOE, explicó que debe respetarse la separación de poderes, y que el Gobierno acompañará siempre que la justicia inicia acciones por su cuenta. Y no antes. Razón por la que anunció su oposición a la iniciativa. Lo que más chirrió de su intervención fue alguna que otra apelación a “mirar al futuro sin rencor”, como si la familia de Zabalza estuviera pidiendo algo extraordinario.

También se opuso el PP. El senador Fernando Martínez-Maíllo diluyó el caso de Zabalza en los más de 300 crímenes de ETA sin resolver. Se escudó en que la justicia, por dos veces, ha determinado que “no hay caso”. Y, a partir de ahí, Maíllo siguió la estrategia popular: usar el comodín de ETA para afear a EH Bildu -que nada tenía que ver con la moción- la falta de compromiso con las víctimas de ETA. Algo que, de manera sorprendente y mostrando una ignorancia supina, extendió también a Geroa Bai. “No le he visto presentar ninguna moción para que se aclaren los crímenes sin resolver de ETA”, reprochó Maíllo a Martínez, que protestó desde su escaño.

A favor se mostró el PNV con el senador Imanol Landa. Apeló a un argumento cierto: que si el que tiene la capacidad de arrojar luz no lo hace, contribuye a generar más sombras. Para el PNV, es el Gobierno quien puede aclarar algo de lo sucedido, en la medida en la que tiene el botón para abrir los secretos oficiales. “La justicia, la verdad y la reparación para las víctimas no son una opción, son obligaciones ineludibles”.

Por su parte, el senador del grupo de ERC-EH Bildu, Gorka Elejabarrieta, enmarcó la muerte de Zabalza junto a otras como las del activista Steve Biko en Sudáfrica; o las de los paracaidistas ingleses el conocido como Viernes Sangriento. “Todos tenemos certeza de lo que ocurrió y hay quien sigue mirando para otro lado. El de Navarra es un tímido pero sólido paso, y no entenderíamos que no tuviera un consenso similar”. Pues el Senado, de momento, no lo tiene.