- A un mes de que se haga con las riendas del PP, una de las incógnitas que planean reside en cómo afrontará Alberto Núñez Feijóo su relación con Vox, con quien de entrada parece marcar distancias.

Sin embargo, la terca realidad obliga al líder gallego a dejar en manos de los barones los pactos autonómicos que, como en Castilla y León, pasan por abrir la puerta a la ultraderecha. Es decir, podrán tejer alianzas con el partido de Santiago Abascal con el escudo de obligarle a priorizar los consensos programáticos por encima de los sillones. O lo que es lo mismo, la dirección nacional será “menos invasiva” en las posiciones territoriales de la formación conservadora.

Sin ir más lejos, según el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, hay que anteponer “qué pacto es el más razonable y más sensato” en cada feudo.

Desde Moncloa, la portavoz Isabel Rodríguez, conminó a Feijóo a orientar los pasos de Alfonso Fernández Mañueco: “Estaría bien que marcara una línea distinta imponiendo la imposibilidad de que se conforme gobierno con la ultraderecha”.

El presidente de la Xunta reconoció ayer que muchos votantes de extrema derecha apostaban antes por el PP y se han ido. “Yo no comparto el discurso de Vox porque no es lo mismo en ningún caso”, proclamó, para resaltar que el PP “nunca ha sido antiautonomista ni euroescéptico ni populista”, ni cuestiona las instituciones españolas y europeas. “Mi partido es el PP, y Vox no es el PP ni de ahora ni de antes ni nunca”, puntualizó. A su parecer, hay que combatir a la marca de Abascal explicando a la gente el proyecto político del PP y convenciéndola de que es necesario “unirse” para una lograr una mayoría. “Cuánto más dividamos el voto, más PSOE y más populismo e independentismo en España”, advirtió.

Con todo, Feijóo admitió que, al margen de lo ocurrido con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se han producido “errores de unidad” e “interferencias” que toca subsanar. A su juicio, el PP tiene una estructura autonómica y el partido debe “aceptarla y no menoscabarla”, razón por la que estos años han existido “desconsideraciones hacia muchos líderes” del partido que han producido “una tensión y una implosión”. “Cuando en un partido germina la desconfianza y la falta de unidad, eso hay que atajarlo”, zanjó.

El sucesor de Pablo Casado se abre además a tejer “pactos de Estado” con Pedro Sánchez sobre cuestiones “importantes” aunque cree que forjar acuerdos “europeístas, atlantistas y constitucionales no es fácil” con el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos. El primer mensaje que se le ha trasladado ha sido con el aval al envío de armas a Ucrania. Así, la ministra de Justicia, Pilar Llop, considera que ahora existe una vía de “esperanza” de cara a alcanzar un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) , que se halla paralizado desde 2018. “Es necesario el sentido de Estado”, aseveró al hilo de esta especie de ofrecimiento. Lo cierto es que Feijóo actúa ya con el traje de líder de la oposición y próximo candidato a La Moncloa, más que a la séptima planta de Génova. “Creo que me sobra rol para ejercer esa responsabilidad ya sea en una Cámara o en la sede del principal partido de la oposición”, recalcó, al tiempo que a aquellos que tienen dudas con su “ideología política confusa” les ofrece “20 años de biografía política”.

Preguntado expresamente sobre el futuro político de Casado y del que fuera su secretario general, Teodoro García Egea, eludió entrar, pese a que el presidente del comité organizador del congreso de abril, Esteban González Pons, trasladó que pedirá a Egea que no deje la política y aventuró que el hasta ahora líder estará en el futuro del PP “sin ninguna duda” pese a que Ayuso pidió, sin citarlo, su expulsión. Feijóo se limitó a manifestar que “son diputados en las Cortes y tienen su acta”, por lo que “les corresponde a ellos ejercer sus derechos o tomar otra decisión”. “Toca cicatrizar”, alentó.

Xunta y Génova

Alberto Núñez Feijóo es consciente de que “no se puede compatibilizar sine die” la presidencia de Galicia con la del PP pero quiere respetar los “procedimientos”. “Adoptaremos esa decisión cuando toque y, adicionalmente, veremos y valoraré con el grupo del Senado y del Congreso y con el comité de dirección del PP qué es lo mejor desde el punto de vista de mi ubicación”. Emplazó a hablar del relevo tanto al frente del Gobierno autonómico como en el PPdeG tras el congreso de Sevilla.

“El PP cuenta con una estructura autonómica y el partido debe aceptarla y no menoscabarla”

Presidente de la Xunta

“Estaría bien que marcara otra línea e imposibilitara gobernar en Castilla y León con la ultraderecha”

Ministra portavoz del Gobierno español