Navarra prevé aplicar en la próxima declaración de la renta una deducción extraordinaria del 3% sobre los rendimientos íntegros del trabajo para las rentas inferiores a 32.000 euros. La medida está pendiente de concretar por el Departamento de Hacienda, pero tiene ya una mayoría parlamentaria garantizada para su aprobación. La ayuda fiscal tendrá además efectos retroactivos al 1 de enero de 2022, por lo que se hará efectiva ya en la declaración de la renta de la próxima primavera.

Falta por conocer todavía la letra pequeña del documento, así que algunos aspectos podrían variar a última hora. No obstante, está previsto que afecte al 65% de los contribuyentes, aquellos que cobran menos de 32.000 euros brutos al año. Se trata además de una medida de gran impacto presupuestario, “varias decenas” de millones que el Hacienda dejará de ingresar en favor de los contribuyentes. Según cálculos de EH Bildu, promotor de la iniciativa, para una renta de 30.000 euros supondrá un ahorro extraordinario de 900 euros. 

Gente haciendo la declaración de la Renta Oskar Montero

La rebaja tributaria forma parte del compromiso adquirido por los socios del Gobierno con la formación soberanista durante la tramitación del decreto de medidas urgentes para hacer frente a la inflación. Aquella reforma contemplaba también una deducción extraordinaria para pymes y autónomos del 3%. Hacienda se comprometió entonces con su aliado parlamentario a analizar su aplicación también a las rentas del trabajo. “Esperamos que, si no es esta semana, la próxima se presente ya esa iniciativa legislativa en los términos en que se acordó. No tiene efecto inmediato pero va a tener efecto en los próximos meses, cuando la ciudadanía tenga que hacer la declaración de la renta y vea que tiene que pagar menos impuestos que lo que supondría en estos momentos la deflactación”, avanzó ayer el portavoz de EH Bildu, Adolfo Araiz.

El debate político

En el Parlamento se estudia además la posibilidad de que sean directamente los grupos parlamentarios y no el Gobierno quienes presenten la reforma de la ley del IRPF para agilizar los trámites, que llevará un camino separado a la negociación presupuestaria y el resto de medidas tributarias que pueda plantear el Gobierno de Navarra. Serán los cuartos presupuestos de la legislatura, esta vez marcados por la inflación y la llegada de fondos europeos, y la mayoría parlamentaria confía en volverlos a sacar adelante. 

La ayuda fiscal es por lo tanto una primera medida que podría verse completada con algún otro incentivo o, incluso, alguna alza impositiva para determinadas rentas o sociedades. No ha aclarado nada por ahora Hacienda, aunque su titular, Elma Saiz, se ha mostrado partidaria de aliviar las situación de las “rentas medias y trabajadoras” y que quién más tiene más aporte. En esta última línea se enmarca el nuevo impuesto que plantea el Gobierno central para la banca y las empresas energéticas. Queda por ver si Navarra puesta por alguna medida adicional en ese sentido o se limita a dar un alivio fiscal a las rentas con menos recursos. “Habrá espacio y tiempo para hablar, entre todos los grupos que quieran, de otras medias fiscales que protejan tanto a las familias más desprotegidas y a las empresas”, apuntó ayer el portavoz socialista, Ramón Alzórriz.

La que ya parece descartada es la deflactación general del IRPF que propone Navarra Suma. El Parlamento rechazó una moción en ese sentido la semana pasada, y los grupos que sostienen al Ejecutivo foral volvieron a criticarla ayer por entender que beneficia más a las rentas altas y tiene menos impacto social que la deducción extraordinaria del 3%. 

Algo de lo que discrepa la derecha, que se quejó de que las rentas de entre 40.000 y 50.000 euros son las que más aportan a la Hacienda Foral, pero que sistemáticamente se acaban quedando fuera del reparto de las ayudas. “La deducción del 3% nos parece poca e insuficiente. Por sí misma no va a ayudar a las clases medias”, argumentó su parlamentario Carlos Pérez-Nievas.

En ese contexto, la portavoz de Geroa Bai, Uxue Barkos, abogó por esperar a que Hacienda, que es quien tiene las herramientas técnicas para hacerlo, plantee una propuesta formal. “Cualquier pequeño movimiento puede tener una afección no deseada sobre el conjunto de las políticas fiscales”, admitió Barkos, que no obstante se mostró partidaria de buscar soluciones desde el ámbito fiscal.

También Podemos se mostró favorable a la medida, aunque en su caso subrayó la necesidad de reforzar el “escudo social” puesto en marcha la pasada legislatura y evitar que las personas en riesgo de pobreza, cuyos ingresos no alcanzan lo suficiente para realizar la declaración de la renta, queden fuera de este nuevo paquete de ayudas. Por su parte, Marisa de Simón, de I-E, consideró insuficiente la deducción. “No deflactar el IRPF supone de facto una subida de impuestos a las clases trabajadoras”, se quejó.