Investigadora del Instituto Vasco de Criminología, entidad adscrita a la Universidad del País Vasco. Doctora en Derecho y profesora de derecho Penal y Victimología en la UPV, Laura Pego es la directora de la investigación sobre la tortura en Navarra a partir de 1979, sucediendo al médico especialista en Medicina Legal y Forense, Paco Etxeberria, que dirigió la investigación hasta 1978. Los plazos de la convocatoria pública aprietan, y quedan solo un par de semanas para cerrar el estudio. Pego lamenta que en conjunto han dispuesto de un tiempo “corto”, “muy limitado” para desarrollar este informe, de un semestre, si bien por experiencia no partían de cero. En cualquier caso, el documento estará listo en plazo, pese a que entiende que “va a ser necesario continuar trabajando”.  

¿Cuál puede ser el mensaje previo a la publicación de este informe? 

–Se está trabajando muy bien y se está llegando a un número importante de casos, si bien somos conscientes de que no vamos a poder abordar todos en profundidad. Hemos puesto bastante esfuerzo en recoger testimonios directos, principalmente en vídeo, en audio también ha habido alguno, y ahora estamos casi en la última fase, volcando el mayor número de información posible, para entregar el informe. Aunque va a haber casos que todavía no podamos examinar. Va a quedar tarea pendiente, porque no tenemos tiempo suficiente para poder hacer frente a todos los casos que estamos detectando. Luego habrá que profundizar y dejar abierta la puerta para que se vayan sumando más casos. Pero estamos trabajando sobre mucha información y sobre las expectativas que teníamos, más o menos lo que esperábamos. Y con una buena relación con diferentes organizaciones, especialmente con la Red de Personas Torturadas de Navarra.

Este informe aborda un periodo más largo y cercano, y en democracia. Con más posibilidad de acceso a información.

–Sí que podemos decir que el número de personas afectadas y casos va a ser superior que el informe que abordó la cuestión hasta 1978. 

¿Cuentan con presentarse a otra subvención para ese desarrollo? 

–Si se vuelve a abrir esta convocatoria y no hay otro tipo de financiación más directa, la idea sería seguir trabajando, en la parte del Protocolo de Estambul y esas pruebas periciales psicológicas que requiere su tiempo, seguir recogiendo más casos, aportar más información, y seguir recogiendo los testimonios a las víctimas, salvando esa información. 

“Ya sé que vamos tarde en muchas, pero hay muchas víctimas esperanzadas con que por fin se haga una investigación así”

La parte cualitativa facilita también acreditar solvencia y rigor.

–El testimonio grabado, principalmente en vídeo, tiene una fuerza importante en la capacidad de acercarnos a la vivencia de esas personas. También dan más credibilidad a los casos, y además salvamos esa información para el futuro. Si hay víctimas interesadas en participar, aún pueden ponerse en contacto con el Instituto Vasco de Criminología, por teléfono o por correo electrónico.

La desconfianza o los prejuicios existen en parte de la población.

–Nuestro objetivo es intentar ofrecer la luz de la ciencia, con las limitaciones que pueda haber. Desde un punto de vista centrado, objetivo, profesional, investigar estos casos y ofrecer esa parte de reconocimiento. Creo que hay un cambio sustancial en las posiciones al respecto hace ya unos años. La opinión pública está cambiando en Navarra, ha habido avances, y por lo menos ya no se da esa negación que se vino dando de forma casi sistemática hasta hace poco.

El informe difundirá hechos que merecen conocimiento y repudio.

–Es una realidad que ha estado semioculta. Y ahora, con financiación pública va a salir a la luz desde una investigación científica realizada con una metodología y un planteamiento objetivo desde la universidad. Es que fíjese dónde estábamos hace diez años. Ya sé que vamos tarde en muchas cosas, pero hay muchas víctimas esperanzadas con que por fin se haga una investigación de estas características. Estamos en el camino.

Un reconocimiento de por sí.

–Que vaya alguien a recogerles el testimonio, alguien de la universidad les escuche con atención, o que reciban un sobre con la documentación realizada, eso es mucho, nos trasladan. 

“La víctima, en ocasiones, a la primera persona que ha contado con detalle lo que ha sufrido, ha sido a un miembro de nuestro equipo”

¿Y para sus familiares o allegados?

–En muchas ocasiones desconocen con detalle lo que ha pasado a su familiar, porque estos no lo han contado. Vemos que ese sufrimiento de rebote es muy importante también en esas personas allegadas. Muchas veces, nuestro proceso de recogida de testimonios de las víctimas facilita el contacto, que cuenten con más detalle lo que les ha pasado. Se observa entonces un sufrimiento añadido, de rebote, en los familiares, también sensación de impotencia, de injusticia y sufrimiento, que va más allá de la propia víctima y se extiende a ese núcleo normalmente más cercano.

Y rompen un silencio.

–Es impactante escuchar de viva voz el relato con detalle de lo que ha sufrido el familiar. En ocasiones, la víctima, a la primera persona que ha contado con detalle lo que ha sufrido, ha sido a un miembro de nuestro equipo. Romper ese silencio muchas veces tiene una repercusión negativa, de revictimización, de volver a vivir esa situación. Pero muchas veces también, poder expresar esa angustia y sufrimiento vividos es en cierta manera positivo.