El acuerdo nace entre bofetadas y no presagia el mejor de los horizontes en el conglomerado a la izquierda del PSOE. Podemos dio el brazo a torcer y, tras el aval del 93% en la votación de la militancia para que su núcleo duro quedara legitimado en su decisión, optó por enrolarse en el proyecto de Yolanda Díaz no sin antes proferir su enérgico reproche hacia el veto que, según la formación morada, ha ejercido Sumar respecto a la figura de Irene Montero.

“La unidad desde la exclusión es un tremendo error político y me entristece profundamente”, vaticinó Ione Belarra mientras desde el equipo de la vicepresidenta del Gobierno se trasladaba que durante la tarde de ayer registrarían la coalición ante el temor de que ocurriese lo mismo que en los comicios andaluces por una disputa sobre los integrantes de las listas.

Pese al “obstáculo insalvable” de la censura a la ministra de Igualdad y “garantizada” la confluencia de las fuerzas progresistas; la secretaria general de Podemos urgió a un “acuerdo justo” que replanteara las condiciones que podrían dejar fuera del Congreso a sus representantes ya que no estarían los puestos de salida. “Es una cuestión de voluntad. Para preservar el cuidado de la negociación es absolutamente fundamental el respeto a los interlocutores”, indicó Belarra, en contraposición a la versión de lo manifestado por el portavoz de campaña de Sumar, Ernest Urtasun, quien había asegurado que no se estaban planteando vetar a nadie, y que otras marcas políticas tampoco, en alusión a Más Madrid, Compromís y los comunes.

Podemos encabezará Navarra

Sumar ofreció a Podemos encabezar Navarra, Gipuzkoa, Cádiz, Murcia y Las Palmas, el número cinco por Madrid y el cuatro por Barcelona, además de un 23% de los recursos económicos y representantes en comisiones.

Desde el entramado de Díaz se añadió a esto el número uno por Álava, aunque otras fuentes daban por hecho que sería para Juantxo López de Uralde, de Alianza Verde. Cabe recordar que en el reparto que se realizó en 2016, cuando se logró el acuerdo entre Podemos e IU, el 74% se los quedó la formación morada y el restante 26% se repartió entre sus confluencias. Según Belarra, la propia Montero intervino durante la ejecutiva “para ponerse a disposición de Podemos y hacer lo necesario por injusto que sea”, algo que ella misma, junto al resto de miembros, rechazaron de plano. “No solo es una injusticia, sino un tremendo error político” porque “se nos ha pedido, una vez más, sacrificar a nuestro principal activo político”, en referencia velada al veto que Pedro Sánchez puso a Pablo Iglesias para formar un Gobierno de coalición en 2019.

Belarra insistió en que le resulta lamentable que este consenso se edifique sobre la anulación de su compañera, que ha “llevado las transformaciones feministas más lejos que nadie antes en este país”. Tras loar las normativas impulsadas por la titular de Igualdad, recriminó la actitud de Sumar y ahondó en que Montero se puso ha disposición del partido para “hacer lo que fuera necesario” en favor de la unidad, en alusión a su retirada voluntaria de las listas. El acuerdo con Díaz se dio por hecho aunque se persistiese en la exclusión de Montero, confiando los morados en batallarla hasta el día 19, fecha en que se registrarán las planchas. La visión de Sumar era y es otra: “La presencia y la representación de Podemos está ampliamente garantizada”.

Uno de los primeros en reaccionar a cómo estaba la situación fue el exlíder morado, Pablo Iglesias. “Me voy a callar para que no se me caigan las lágrimas, eso sí, de orgullo”, proclamó. Previamente, ya había lanzado una metáfora del contexto en que se hallaba este entuerto: “El mensaje que se manda si claudicamos es que, si eres feminista, lo mejor es que no te metas en política, porque nada de lo que hagas será nunca suficiente. No es que no vayan a agradecértelo, no. Es que, directamente te van a destrozar”, desgranó en sus redes sociales.

Más Madrid llevará el peso

Entre las muchas formaciones con las que Díaz cerró acuerdos se hallan Más Madrid, Compromís, los comunes, Izquierda Unida, Drago –creada por el exdirigente morado Alberto Rodríguez–, la Chunta Aragonesista, AraMés –coalición de cuatro partidos baleares–, Iniciativa del Pueblo Andaluz, Batzarre y Verdes Equo. La líder de Sumar sí que reconoció el peso hegemónico de Más Madrid en su feudo, ya que el partido que lidera Mónica García tendrá la mitad de los puestos de salida en la lista de la circunscripción, además de que podrá codirigir la campaña, amarrando un papel preponderante en lista electoral que más quebraderos de cabeza ha dado a los negociadores de Sumar, por ser la más relevante en términos políticos y la más fácil de obtener representación en términos electorales.

Más Madrid tendrá los puestos tres (que será Tesh Sidi), cuatro (para Iñigo Errejón), siete y diez de la plancha, aunque lo normal es que solo entren los tres primeros, lo que en la práctica supone la mitad de los posibles diputados electos. “Hay acuerdo, con generosidad y pensando en la necesidad de ganar una vida mejor para más derechos para todos y todas”, señaló García. Uno de los últimos apoyos en incorporarse fue el de IU, cuyo coordinador, Alberto Garzón, se disculpó “por el ruido causado”: “Nadie se merece esto y estamos convencidos de que se pueden hacer las cosas de otra forma y mucho mejor”.

La Ejecutiva de Compromís también dio luz verde al lograr dos requisitos: liderar la lista de Valencia y colocar su nombre en la marca.

En toda esta tesitura, la presión de las direcciones territoriales de Podemos ha pesado en la dirección, que decía estar convencida de la necesidad de este acuerdo con Sumar, pero que apostillaba que no iba a tolerar “humillaciones”. Tras partir de posiciones de máximos, han ido cediendo hasta el punto de (auto) sacrificar a Montero.

La batalla en la composición de las planchas augura ahora de todo menos paz interna. En nueve años, Podemos ha pasado de asaltar los cielos, con 69 escaños y al frente de diferentes ayuntamientos del cambio, al declive territorial y la marginación en las listas de Sumar. Que lo mismo conduce a restar. l

Las papeletas electorales llevarán la imagen del rostro de Díaz

Las papeletas electorales de Sumar del próximo 23 de julio llevarán la imagen del rostro de Yolanda Díaz, emulando así la estrategia que empleó en 2014 Pablo Iglesias en la irrupción de Podemos. Esta táctica ha sido ya habitual por parte de otras candidaturas en los últimos años. Fue el caso de Ada Colau para las municipales de 2015 con Barcelona en Comú; Íñigo Errejón y Manuela Carmena para las autonómicas y locales de 2019 con Más Madrid; de nuevo Errejón para su salto con Más País en las generales de noviembre de 2019; o recientemente, el pasado 28 de mayo, Alberto Rodríguez con Drago Canarias. Una formulación que ya utilizó también José María Ruíz-Mateos cuando concurrió a las elecciones europeas de 1989; o Teresa Rodríguez en las últimas andaluzas, el 19-J de 2022. Todos ellos recurrieron a una fotografía de su imagen en otros comicios para que el electorado identificara a su líder con la marca electoral.

Además de la imagen con el rostro de la todavía vicepresidenta y ministra de Trabajo, en el logo de las papeletas únicamente aparecerá la palabra Sumar. Es decir, ninguna otra sigla de los partidos que conformarán la coalición de izquierdas. En el caso del pacto con Compromís, la formación de Joan Baldoví, el nombre impreso en la papeleta será: Compromís-Sumar: sumen per guanyar.

Por otra parte, la Junta Electoral Central (JEC) acordó ampliar un día el plazo para depositar el voto por correo en las generales del próximo 23 de julio. Esa fecha límite iba a terminar el 19 de julio y, a petición de la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, se ha prorrogado hasta el día 20 en los horarios habituales de apertura de las oficinas.