La estrella de Yolanda Díaz como líder política perdió mucho brillo el pasado lunes. Su intento de liderar un proyecto con absoluta impronta personal ha sido fugaz. Díaz ha pasado de encumbrarse a dimitir en cuestión de año y medio. Sin el sumando de Podemos, y dentro de un Gobierno liderado por un presidente habilidoso, el proyecto magenta no carburó desde el principio. 

Ahora está por ver si Díaz enmendará su imagen subrayando su perfil original, el de una ministra de Trabajo capaz y socialmente comprometida. En cualquier caso, la coalición pasa por una redefinición, y eso resulta muy complicado, cuando las expectativas eran tan altas y han quedado fulminadas en muy poco tiempo. Exportar lo sucedido en Navarra (con una coalición entre Podemos, Izquierda Unida y Batzarre) solo es una teoría, por su clara sintonía con Sumar hasta ahora. El pasado lunes Dani López, portavoz de Contigo-Zurekin en el Parlamento abogó por la unidad. Pero en Navarra concurren circunstancias singulares, tantas que la coordinadora de Podemos, Begoña Alfaro, se niega a hacer público cuál fue su voto el 9 de junio..

La ruptura con Podemos

Sumar ha dado fallos desde su conformación, y ahora remendar ese espacio no es nada sencillo, teniendo en cuenta además que participa en un Ejecutivo liderado por un Pedro Sánchez cuya figura genera desde admiración hasta animadversión (o una mezcla de ambas) de una punta a otra de la izquierda. Hay quien piensa en Sumar que una coalición de 16 partidos “no es gobernable”, pero que marcas como Podemos e Izquierda Unida son “ya antiguas”. El problema es si la de Sumar puede resistir, y cómo evoluciona la cohesión y dirección del proyecto más allá de su nombre. Esta fuente considera que mucho voto se ha ido a la abstención, y culpa a Podemos por “dinamitar Sumar cuando Irene Montero no fue nombrada ministra de Igualdad”, con la ruptura subsiguiente en este ciclo electoral. “La gente está cansada, de líos y de la permanente movida de este espacio”, señala dicha fuente, para quien el camino para lograr volver a ilusionar debe ser “tratar de explotar los logros de gobierno”, en un contexto de máximos históricos absolutos de empleo

ALEXIS ROMERO, redactor de ‘Público’


“El actor hegemónico se cambió por otro”

Este periodista fue coautor junto a Manuel Sánchez de La dama roja, Un libro sobre Yolanda Díaz publicado en 2022 por Ediciones B. “Se entendió que podía aunar a todas las formaciones políticas que llevaban tiempo enfrentadas”. Algo muy difícil de partida”. La operación, según él, no devino en una refundación de la izquierda para acabar con un modelo de actor (Podemos) hegemónico, sino que ese actor se cambió por otro, lo que ha dado lugar a “muchas tensiones en este último año. Las que hemos visto en las europeas son la punta del iceberg”, destaca, cuando aún el proyecto estaba en ciernes “sin ni siquiera poder despegar del todo, porque Sumar tenía prevista su asamblea constituyente para otoño. Habían hecho una asamblea fundacional pero sus órganos definitivos y su despliegue en los territorios se iba a hacer en otoño”. 


A juicio de Romero, la “beligerancia” de Podemos hacia Yolanda Díaz y Sumar, ha generado un “ruido que al final ha hecho imposible” el liderazgo de Díaz, y por eso se ha apartado del liderazgo orgánico. Ahora se reconcentrará en la esfera institucional, “lo que mejor se le da y ha potenciado su figura”, aunque está por ver en qué medida la “mácula de haber fracasado en ese intento organizativo” influye en su valoración, y termina agotando su ciclo. 


Romero vincula el estilo de Díaz, como ocurre en política, a una determinada estrategia. “Ella defendía que con un tono más amable y menos de confrontación podía conectar con un nicho, preocupado por “las cosas del comer”, necesitado de “tranquilidad y certezas”. Eso “no ha funcionado” en este contexto general de crispación.  

ALBERTO ORTIZ, periodista de ‘elDiario.es’


“Los partidos de Sumar no perdían la dimisión”

Alberto Ortiz sigue la actualidad de Sumar y Podemos en elDiario.es. Considera que los resultados de Sumar el 9-J no son del todo sorprendentes, consecuencia de problemas que arrastra el proyecto, que “vienen casi del inicio” a lo que se añade los precedentes cosechados en Galicia, CAV y Catalunya. De hecho, recuerda, Izquierda Unida quedó “muy enfadada” al salir cuarta en la lista, porque sabía que el acta peligraba.  


Ortiz sí se muestra más sorprendido por la dimisión de Díaz, que “no la habían pedido los partidos”. Si bien, apunta, en Sumar no descartan que Yolanda Díaz vuelva a ser candidata”. En cualquier caso, analiza, se perfila una “bicefalia” dentro de un espacio a la izquierda que existe (27 escaños de Sumar más 4 de Podemos en el Congreso) que tiene “un peso” y “tendrá que ordenarse de alguna manera”. Así que su “reto” es que se articule y evitar el riesgo de volver a tiempos en los que este nicho ideológico tuvo una representación muy reducida.