Observen la imagen superior. Es una de las fotografías que mostró Josu Chueca en sus intervenciones en Pamplona y Donostia. Fue publicada por primera vez en febrero de 1939 en L´Illustration. La autora fue una fotógrafa francesa, Hélène Roger-Viollet. Una familia oscense había sufrido un bombardeo en Monzón. En él murió la madre, Pilar, y perdieron una pierna una niña, Alicia, que va delante, y un niño que va atrás, Amadeo. El Padre, Mariano Gracia acompaña a Alicia. A Amadeo le ayuda un hombre francés, llamado Thomas. Caminan por la montaña con el objetivo de sortear a la policía, que separaba a los padres de los hijos, y tratar así de no romper aún más a una familia destrozada por la guerra.
Chueca lamentó que esta imagen en España sea “desconocida”. En 2003 la publicó El País. Poco después, prosiguió Chueca, Amadeo estaba viendo la televisión oyó a un parlamentario del PP quejarse por la memoria histórica. Contrariado escribió una carta a este mismo periódico, contando su historia. El padre terminó muriendo en el exilio, ellos fueron a un orfanato. Nadie les había perdido perdón, explicó Chueca, para quien “la parcela del exilio dentro de la memoria histórica ha sido el pariente pobre”.
Preguntado por la posición del Gobierno español ante la migración actual, este historiador considera que “está jugando hipócritamente”. Así criticó al “cínico del ministro Grande-Marlaska”, que “no ha querido responder a nada sobre las responsabilidades que tiene el Gobierno en la matanza de Melilla. Hay una hipocresía y una esquizofrenia en el discurso”, reprochó.
Por un lado, prosiguió, “Sánchez ha dicho que él no está de acuerdo con las nuevas directrices europeas sobre migración. Tiene un planteamiento humanitario y contrario a este endurecimiento que parece que en Europa se está planteando sobre la cuestión, pero luego aplicará la legislación europea disciplinadamente. Para otras cosas no. Marlaska se ha quejado de que Frontex no era lo suficientemente operativo en la vigilancia respecto a los cayucos de Canarias. No para salvar a quienes va a bordo, sino a la hora de impedir que lleguen”.
Para Chueca, en las declaraciones del Gobierno hay sobre el papel más apertura y humanidad, pero el balance de este historiador no es positivo. "La política proactiva solidaria y humanitaria no es una característica del Gobierno español. Aunque no sea hasta el momento por lo menos tan duro o refractario como el resto de países europeos, o no sea tan flagrantemente antirrefugiados”.