El PNV ha pactado que se amplíe la capacidad de las haciendas forales para recaudar impuestos y que el Estado no se quede el dinero y la capacidad legislativa tras una larga negociación con el Gobierno español de Pedro Sánchez o, más bien, con una parte de él, el PSOE. Y lo ha hecho allí donde ha habido impuesto que concertar, ya que el gravamen a las empresas energéticas como Repsol ha caído finalmente. El PSOE renuncia a prorrogarlo tras una intensa polémica con la industria del ramo y por la negativa de Junts, no así del PNV, ya que los jeltzales, aunque no estaban entusiasmados con él, se habían mostrado dispuestos estos días a negociarlo siempre y cuando su recaudación y la capacidad de legislar sobre su alcance y bonificaciones quedaran en manos de las haciendas de la comunidad autónoma vasca y de Nafarroa. Sí parece que hay margen para aprobar el recargo a las multinacionales y prorrogar el de la banca. El PNV ha arrancado al PSOE que las haciendas forales de la CAV y Nafarroa recauden y tengan capacidad normativa para regular el impuesto a las multinacionales y el de la banca. Este último no se mantiene sine die, sino que estará en vigor tres años, hasta 2028. Este pacto se vehiculiza con una enmienda a un proyecto de ley y con la firma del PSOE, no Sumar, que no está de acuerdo y ha registrado sus propias propuestas para que los impuestos a banca y energéticas sean permanentes.

Este miércoles terminaba el plazo para registrar enmiendas al proyecto de ley con el que se va a aplicar en el Estado la normativa europea sobre el impuesto mínimo exigible a las grandes empresas y a las multinacionales, que iba a ser la percha para colgar la prórroga de las tasas a banca y energéticas. Son tres figuras distintas. En el caso del impuesto a las multinacionales, viene fijado por Europa y se sitúa en el 15% para las empresas que hayan tenido un volumen de negocio superior a 750 millones en dos de los cuatro ejercicios inmediatamente anteriores. Se trata de un impuesto complementario: si una empresa paga menos del 15%, se le aplicará esta figura hasta alcanzar esa cifra. El PNV explica que en los territorios forales ya se aplica un tipo mínimo del 15%, pero este acuerdo tiene trascendencia también para el futuro, ante la posible evolución de un impuesto que está en el candelero y en debate permanente en la Unión Europea. La clave radica en que las haciendas forales podrán recaudar y también regular este impuesto. Afecta a las empresas autóctonas que tengan sedes en otros estados de la Unión Europea (está pensando, sobre todo, para las que traten de llevarse sus beneficios a paraísos fiscales), y a las multinacionales.

Este era uno de los compromisos adquiridos por Pedro Sánchez a cambio del apoyo del PNV a su investidura como presidente español, como se recoge en el acuerdo de noviembre del año pasado, y el consejero Noël d'Anjou había apuntado que podría ser un primer paso para una ampliación más profunda de las capacidades fiscales del Concierto Económico. Se pone ya la primera piedra.

Se pactará en la Comisión Mixta del Concierto Económico y en la del Convenio, y para el PNV es "histórico". Los jeltzales ponen en valor que se cumple la Ley del Concierto Económico, que establece que, si se crean nuevas figuras tributarias, se tienen que adaptar a las haciendas forales. Se ha establecido una salvaguarda foral en el proyecto de ley. El portavoz en el Cogreso, Aitor Esteban, declaró que el PNV está "muy satisfecho" porque ha logrado "un acuerdo muy complicado" sobre las multinacionales, un impuesto que cree que va a ser el eje del debate europeo. Celebró también el acuerdo sobre la tasa a la banca y que estos pactos "benefician a toda la sociedad vasca". Ahora bien, para que los impuestos se concierten, todavía tienen que pasar el trámite en el Congreso y la votación final.

El gravamen a las energéticas cae

El gravamen a las energéticas caerá "por factores ajenos a la formación jeltzale". El Gobierno español lo quería prorrogar presentando una enmienda de PSOE y Sumar al impuesto de las multinacionales, pero no ha habido acuerdo con Junts. Esa figura, que había puesto en pie de guerra a Repsol (había presionado con la posibilidad de llevarse sus inversiones a Portugal), ha estado vigente tres años desde 2022, de manera excepcional. El Gobierno español quería hacerla permanente. Esa figura se aprobó como una "prestación patrimonial pública no tributaria", no como un impuesto, lo que impidió que las haciendas forales la recaudaran e hizo que tuvieran que conformarse con una compensación económica del Estado. El reto ahora para el PNV estaba en convertirla en impuesto, recaudarla y graduarla desde Euskadi con incentivos que protegieran las inversiones en transición ecológica.

Parecía que las negociaciones marchaban bien, pero Junts temía por las inversiones en Tarragona, creía que estos avances no eran suficientes y, finalmente, su negativa ha impedido que el impuesto vea la luz, según las fuentes consultadas. De esta forma, el PNV se sacude las acusaciones, incluso de sus socios del PSE, que insinuaban que eran los jeltzales quienes trataban de ahorrar impuestos a su "compañero" Josu Jon Imaz, expresidente del EBB del PNV.

Este impuesto gravaba el importe neto de la cifra de negocios anual con un 1,2%. El lehendakari Pradales no había ocultado que no era un gran fan de esta figura fiscal y había reconocido que no era la mejor solución gravar las ventas y no los beneficios, pero estaba dispuesto a concertarla con capacidad normativa. Noël d’Anjou había hecho la previsión de contar con 119 millones de este impuesto y el de la banca en 2025 por el último ejercicio, lo que sirve para ilustrar su alcance. Al no haber prórroga, esta tasa energética desaparecerá el 31 de diciembre.

Bildu, ERC y Sumar insisten en sus enmiendas

EH Bildu y ERC, por el contrario, han registrado unas enmiendas para convertir en permanentes los impuestos a la banca y las energéticas y para aumentar su presión fiscal. Sumar también quiere que sean permanentes, al igual que Podemos. Pero esta es una propuesta que no tiene opciones de prosperar, aunque sirve a estos grupos para que el resto se retrate. "Frente a los anuncios de algunas fuerzas políticas, será la mayoría parlamentaria del Congreso la que decida", dijeron desde EH Bildu, para añadir que sus votos nunca estarán "al servicio de quienes pretenden acabar con una medida de sentido común". La coalición abertzale comparte la concertación de impuestos, pero para aplicarlos con contundencia y para que sean permanentes.

Sí ha sido posible prorrogar el gravamen a la banca, y el Gobierno español ha cumplido el acuerdo para su concertación que firmó con el PNV en diciembre del año pasado en un decreto anticrisis. El PSOE ha aceptado transformar el gravamen en un impuesto para poder concertarlo, estará vigente hasta 2028, y será progresivo con una horquilla del 1% al 6%. Se permitirá la deducción del 25% de la cuota de Sociedades y habrá otra extraordinaria si la rentabilidad cae de manera sostenida. Se calculará su base a partir del 1 de enero de 2024. El PNV ha presentado una corrección para atajar el fraude del IVA en los hidrocarburos, que no está pactada.