Mientras el suministro eléctrico se restablecía ayer por completo en todo el Estado, el Gobierno de España seguía sin poder ofrecer la causa exacta que provocó el histórico apagón del pasado lunes. En un examen preliminar, Red Eléctrica descartó un ciberataque, un fallo humano o un evento meteorológico como causa del incidente. Sin embargo, Pedro Sánchez decidió no descartar todavía ninguna hipótesis y puso en el punto de mira a los operadores privados de electricidad a quienes, dijo, exigirá responsabilidades llegado el caso.
La de ayer fue una jornada de análisis, pero también de alta tensión. Vayamos por partes. A las 11.30 horas, Eduardo Prieto, director de servicios para la operación de Red Eléctrica, comparecía de nuevo ante la prensa y atribuía el colapso generalizado del sistema a un problema de pérdida de generación foltovoltaica en el suroeste de la Península Ibérica.
Un día antes, Sánchez había dado un dato revelador: en cinco segundos se perdieron 15 gigavatios de potencia, es decir, el 60% del consumo eléctrico que había en ese momento. Qué causó este suceso es lo que todavía no se sabe con certeza y, por lo tanto, se está investigando. Prieto explicó que a las 12.33 horas de lunes se produjeron dos eventos consecutivos de “desconexión de generación” –separados entre sí por 1,5 segundos–, provocando un fallo en cadena que acabó tumbando la red de toda la Península (las islas se libraron porque tienen sistemas aislados). En definitiva, que el sistema colapsó. El responsable de Red Eléctrica apuntó como “muy probable” que las caídas en la generación fueran en la tecnología solar, es decir, en instalaciones fotovoltaicas del suroeste peninsular. Este análisis coincide con el que están haciendo la gran mayoría de los expertos en la materia: que el colapso se debió a una sobrecarga de energía renovable que el sistema no pudo soportar.
Pero hay otra duda en el ambiente: ¿por qué la red y las otras tecnologías no pudieron compensar la caída de generación fotovoltaica? Y en este punto ha entrado al debate un tema que lleva meses candente: el papel de las nucleares y su inminente cierre, que se producirá entre 2027 y 2035. Fue a comienzos de año cuando el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, señaló el carácter “absolutamente crucial” de la energía nuclear. El sector energético considera que esta tecnología aporta estabilidad al sistema y que prescindir de ella puede poner en riesgo el suministro eléctrico.
En el plano político es el PP quien impulsa el retraso del apagón nuclear. Pero el presidente del Gobierno de España lanzó ayer un claro mensaje: “Los ciudadanos deben saber que, durante esta crisis, las centrales nucleares, lejos de ser una solución, han sido un problema porque estaban apagadas y ha sido necesario desviar a ellas grandes cantidades de energía para mantener sus núcleos estables”, señaló a las 13.00 horas tras la tercera reunión del Consejo de Seguridad. “Lo que hemos visto es que había generación nuclear justo antes de la caída del sistema y se desconectó al igual que el resto de las tecnologías”, continuó para insistir en que no serían una solución. Explicó, asimismo, que “la energía nuclear no fue más resiliente que el resto de las fuentes de energía”. Sánchez se dirigió también a “aquellos que están agitando el debate” sobre la energía nuclear y la seguridad de suministro una vez que estas instalaciones comiencen su cierre progresivo. Y arremetió contra quienes están vinculando el apagón eléctrico a la falta de nucleares: “Mienten o demuestran su ignorancia”.
Además, señaló que “desde hace varios días, cinco de los siete reactores nucleares están parados por decisión de las propias empresas operadoras, que afirman que no son competitivas en precio en comparación con la generación renovable de esos días”.
De hecho, el presidente del Gobierno español atribuyó el mérito de la reposición del suministro eléctrico a los ciclos combinados de gas y a las centrales hidráulicas. “Con mayor dependencia nuclear la recuperación no habría sido tan rápida, hubiera dio más lenta. La reposición ha sido rápida gracias los ciclos combinados de gas y a las centrales hidráulicas, además de las interconexiones con Marruecos y Francia”, señaló.
Señalamiento directo
Pero Sánchez no habló solo de energía nuclear en su tercera comparecencia en 24 horas. El presidente del Gobierno central apuntó sin titubeos al posible papel de “los operadores privados” en el mayor apagón de la historia del Estado español, a quienes, dijo, exigirá responsabilidades llegado el caso. Insistió en esto hasta en tres ocasiones. El presidente no citó a ninguna compañía en concreto, pero sí incluyó a Redeia como operador privado –este grupo es propietario de Red Eléctrica, donde el Estado tiene una participación del 20%–. “Tenemos que saber exactamente qué es lo que ha sucedido en las empresas generadoras en cuanto a su ciberseguridad”, señaló Sánchez. Para ello anunció una investigación liderada por el Ministerio de Transición Ecológica, en la que estarán también representantes del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), el Centro Criptológico Nacional y la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). Y reiteró que la investigación llegará “hasta el final” y se exigirán “las responsabilidades pertinentes”.
Sánchez no dio nombres, pero Iberdrola reaccionó. A través de un comunicado enviado a media tarde, la compañía señaló que “valorará adoptar las medidas necesarias para la defensa de sus derechos y los de sus clientes”. La eléctrica defendió su papel durante el apagón al señalar que en el momento del incidente todas las centrales de producción adscritas a su parque de generación estaban “acopladas” y se encontraban funcionando de acuerdo a las indicaciones que había marcado Red Eléctrica.
La compañía señaló que, una vez se produjo el apagón, puso a disposición del operador del sistema todos sus recursos y activó todos sus comités de emergencia para tratar de ayudar a paliar la situación. “Las centrales hidroeléctricas, especialmente las de bombeo, han resultado fundamentales para la reposición del servicio al contar con arranque autónomo. También fueron incorporándose las centrales de ciclo combinado según fue demandando el operador del sistema”, añadió.
Poco después, Sánchez se reunía en Moncloa con los principales operadores del mercado eléctrico (la presidenta de Red Eléctrica –la exministra Beatriz Corredor– y representantes de Iberdrola, Endesa, EDP, Acciona Energía y Naturgy). Durante ese encuentro, el presidente del Gobierno pidió a las empresas eléctricas colaboración con el Ejecutivo para identificar las causas del apagón y les insto a abordar las mejoras necesarias para garantizar el suministro. “Debemos acometer las mejoras necesarias para garantizar el suministro y la competitividad futura de nuestro sistema”, resaltó.