Que el euskera, el catalán y el gallego sean oficiales en la Unión Europea se juega hoy el todo por el todo con la votación en el Consejo de Asuntos Generales de la UE de este asunto por iniciativa del Gobierno español. El reto se antoja titánico porque la aprobación requerirá la unanimidad de todos los países representados. En una suerte de traslación de su pugna a nivel estatal, el PSOE y el PP se están afanando en esta tarea, aunque en sentidos diametralmente opuestos.
Moncloa se esforzó ayer en visualizar que está poniendo toda la carne en el asador de cara a lograr este objetivo. El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, afirmó que han presentado una “propuesta sólida” para que las tres lenguas cooficiales se incluyan en el reglamento lingüístico de la UE. Añadió que “trabajamos con todos los Estados miembros y vamos a seguir trabajando hasta mañana mismo para incluir cualquier cosa, cualquier duda que puedan tener”.
“Vamos a trabajar hasta el último momento para incluir cualquier duda que puedan tener”
“Soy madrileño, no hablo esas lenguas oficiales, pero también son mi riqueza cultural, porque son de otros españoles, y como ministro seré el primero en defenderlas”, apostilló en una rueda de prensa junto a su homólogo alemán, Johan Wadephul, que no avanzó el sentido del voto de su país. Albares se mostró además “seguro de que todas las fuerzas políticas españolas, no me cabe en la cabeza otra posibilidad, están hablando ahora con fuerzas europeas políticas hermanas para que sean reconocidas las lenguas oficiales españolas en la UE”.
Pese a este deseo, la realidad es que el PP está empujando en dirección contraria. Así lo admitió el secretario general del PP de Catalunya, Santi Rodríguez, que señaló que su partido está contactando con otros países de la UE para oponerse en concreto a la oficialidad del catalán. “Si está habiendo llamadas es porque debe haberlas también en sentido contrario. No es una iniciativa del PP, el que actúa por un determinado interés político tiene que asumir que otros puedan hacer exactamente lo mismo que ellos”, dijo.
Explicó que se oponen a la oficialidad del catalán en la UE porque supone “usar la lengua con fines políticos”. “El debate que tenemos no es porque haya un interés específico de que el catalán sea usado en las instituciones europeas, sino que este debate está ahí porque Pedro Sánchez necesita los siete votos de Junts para mantenerse en el Palacio de la Moncloa”, argumentó.
El portavoz estatal del PP, Borja Sémper, acusó al presidente del Gobierno español de utilizar políticamente y “manosear” las lenguas cooficiales para “sobrevivir políticamente” y satisfacer a sus socios independentistas. “No le interesa el catalán en la Unión Europea, le interesa sobrevivir y contentar al independentismo. Y luego, ya veremos”, aseveró respecto a lo que calificó como “un debate innecesario”.
“Sánchez manosea las lenguas cooficiales para sobrevivir y contentar al independentismo”
La oficialidad del catalán en la UE formó parte de las negociaciones entre el PSOE y Junts para la investidura de Pedro Sánchez. La ausencia de avances en este área es uno de los argumentos que esgrime la formación que lidera Carles Puigdemont para reprochar que los socialistas incumplen el pacto.
Según la propuesta que habrá hoy sobre la mesa, España correría con los gastos de implementar la oficialidad de estas tres lenguas a partir de 2027. La Comisión Europea estima que ello supondría un coste anual de 132 millones de euros.
A la expectativa
Las posturas al respecto fueron ayer múltiples y el president de la Generalitat, Salvador Illa, se mostró “prudente” y aseguró que “la petición está bien fundamentada”. El portavoz estatal de Vox, José Antonio Fúster, calificó esta iniciativa de “absoluto disparate”.
El portavoz del PNV en el Parlamento Vasco, Joseba Díez Antxustegi, cargó contra el PP porque “aunque nos ve como un socio potencial, va en contra del PNV, del euskera, de Euskadi y del autogobierno”. “Con este PP será muy difícil poder llegar a un acuerdo”, advirtió.