"Uno de los fenómenos geológicos más singulares de la península: el lugar donde el agua hermosa encuentra la luz", así es como el periodista de Viajes National Geographic, José Alejandro Adamuz, hacen referencia a la Reserva Natural del Nacedero del Urederra.

Un paraíso natural con una belleza incomparable

Un espacio natural protegido, que, tal y como así lo definen desde la Web oficial reservas Nacedero del Urederra, "casi bucólico, por su belleza incomparable y sus aguas turquesas que no encontrarás en ningún otro río de Navarra. Situado en el Parque Natural de Urbasa-Andía, es la salida natural del acuífero formado en el macizo kárstico de dicho parque. Un paraíso natural en el que descubrirás pozas de agua color turquesa entre un frondoso bosque de hayas. El recorrido de 6 km (ida y vuelta) parte del pueblo de Baquedano y supone un espectacular paseo de 2 horas, aproximadamente".

Baquedano, la localidad navarra con un camino de pozas turquesas

"Ese lugar comienza en Baquedano, un pueblo que se asienta en la orilla izquierda del río Urederra, con la imponente crestería de Urbasa como centinela de piedra. Apenas son unas decenas de habitantes; pero sus calles guardan memoria de los linajes que le dieron nombre desde el siglo XIII. Las casas blasonadas de los Andueza, Azpilicueta, Urra y los Baquedano. Sobre todo ellos, que se hicieron con marquesados entre los siglos XIII y XVII, y dan nombre a la villa. Baquedano es pueblo de frontón, fuente, lavadero, iglesia y ermita. La iglesia parroquial de San Juan Bautista, gótica renacentista del XVI, se alza sobre cimientos medievales, mientras que la ermita barroca de la Santa Cruz custodia una imagen del Cristo del XVII. Hasta ahí, más o menos lo de todos los pueblos navarros de la región. Pero Baquedano es mucho más que su patrimonio monumental y etnográfico: es la puerta de entrada a la Reserva Natural del Nacedero del Urederra", relatan en la publicación.

Pozas, cascadas de aguas turquesa, acantilados, bosques históricos de hayas, olmos de montaña y enormes y frágiles formaciones tobáceas

Según cuenta el autor del post de la revista de viajes, "desde Baquedano podemos ir caminando al encuentro de este prodigio cromático que me recuerda al Río Celeste de Costa Rica. Declarada en 1987 y más tarde integrada en el Parque Natural de Urbasa y Andía, la reserva es un microcosmos natural de pozas y cascadas de aguas turquesa, acantilados, bosques históricos de hayas, olmos de montaña y enormes y frágiles formaciones tobáceas".

"El río Urederra nace con una violencia hermosa. El manantial brota del acuífero de Urbasa con tal fuerza que en momentos de caudal máximo podría llenar una piscina olímpica en poco más de un minuto. Sus 4.500 litros por segundo habituales pueden multiplicarse hasta los 50.000 durante las precipitaciones intensas, creando un espectáculo de poder hidráulico por el cual el agua salta, golpea, excava, se arremolina, lima la piedra. El color turquesa que define al Urederra nace de un maridaje perfecto entre la luz, el lecho rocoso y la química del agua. Varios elementos colaboran en esta alquimia: el agua refleja selectivamente la luz que recibe, las distintas profundidades del cauce crean diferentes tono, la presencia de algas y musgos añade sus matices verdes, las partículas suspendidas filtran determinadas longitudes de onda, y el lecho blanquecino de carbonato cálcico actúa como lienzo que realza cada tonalidad azul: el “agua hermosa”– Urederra – que da nombre al río", concluyen explicando desde National Geographic.