Seguro que si alguna vez te han pedido que pienses en un lugar relajante, tu mente se ha trasladado a una playa y te has imaginado en la orilla del mar, tendido en una tumbona, bajo una sombrilla y escuchando el ruido de las olas. ¡Un auténtico paraíso!

Sin embargo, lo cierto es que en verano tras una jornada de playa o de piscina volvemos a casa agotados y nos preguntamos por qué nos sentimos tan cansados si no hemos hecho nada más que descansar.

Pues tranquilo porque no es una cuestión de vagancia ni de que cuanto menos haces menos quieres, sino que todo tiene una explicación y en este caso la ciencia apunta a factores como el sol, el calor o el sonido del mar

Causas del 'cansancio playero'

Las cuatro causas principales de la fatiga que sentimos como consecuencia de una larga exposición al sol son:

- Deshidratación. Pasar muchas horas expuestos al sol hace que sudemos y a través de la piel perdamos agua, sales y minerales. Nuestro cuerpo percibe esa pérdida de líquidos y reduce la cantidad de energía que destina a los músculos, lo que se traduce en una menor tensión muscular y una mayor inactividad. Como respuesta, nuestro organismo pone en marcha un mecanismo de ahorro que puede provocar una bajada de la tensión arterial lo que hará que nos sintamos más cansados e incluso mareados. En algunos casos se puedne producir lipotimias o inclusos golpes de calor.

- Control de la temperatura corporal. Con el calor nos sentimos más cansados ya que nuestro cuerpo tiene que dedicar mucho más esfuerzo del normal a mantener una temperatura corporal adecuada. Por fuera, el cuerpo está muy caliente, mientras que el organismo interno queda frío y no puede funcionar correctamente. Este sobreesfuerzo podría hacer que suban tus pulsaciones o que trabaje más tu metabolismo lo que a su vez provocará que tengas esa sensación de cansancio y sueño.

- Cambios químicos. Los rayos ultravioletas del sol, además de que nos pueden provocar quemaduras en la piel, afectan al comportamiento de las células y pueden causar cambios químicos en nuestro organismo, provocándonos esa sensación de cansancio y fatiga.

- Relajación. Escuchar el monótono y relajante sonido de las olas del mar rompiendo en la orilla puede causarnos somnolencia y hacer que terminemos con sensación de cansancio. Además, si el sonido es fuerte y demasiado frecuente podemos terminar con la cabeza cargada, lo que aumentará nuestra sensación de malestar.

Un hombre enseña a nadar a su hija en una piscina. Freepik

Consejos para sentirnos bien

- Beber dos litros agua aunque no sintamos sed para estar bien hidratados en la playa.

- Evitar las bebidas alcohólicas ya que aumentan la deshidratación.

- Bañarnos en el mar o en la piscina para refrescarnos.

- Evitar la exposición al son en las horas centrales del día (entre las 12.00 y las 16.00 horas). 

- Protegernos del sol bajo una sombrilla.

- Tomar frutas ricas en agua y alimentos que contengan sales, pero que no sean pesados, para reponer las que vamos perdiendo.

- Proteger nuestra cabeza con un gorro y los ojos con unas buenas gafas de sol.

- La crema de protección solar, imprescindible en toda exposición al sol.

Una vez que conoces las medidas que puedes tomar para evitar esa sensación de cansancio haz de la sombra y el agua tus mejores aliados para disfrutar de un saludable día de playa o de piscina.