"Sabroso, barato y con unas propiedades nutricionales excelentes", así es como desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se refieren al huevo. Un alimento compuesto, como bien se sabe, de la clara y de la yema, del que no hay que desperdiciar nada.
"Sabroso, barato y con unas propiedades nutricionales excelentes"
Y es que tanto la clara como la yema contienen una parte sustancial de proteínas de alto valor biológico. Se consideran así por la cantidad y equilibrio entre los aminoácidos que las componen, al extremo que son el estándar de referencia en los estudios de nutrición. La yema es "rica en grasas de la mejor calidad: el contenido conjunto de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados supera ampliamente al de grasa saturada. Aporta nutrientes de gran interés por sus efectos beneficiosos en la salud: ácido oleico, ácido linoleico, omega 3, colina, vitaminas, luteína y zeaxantina", añaden desde la OCU.
"Es la principal fuente que tenemos de colina, compuesto necesario para distintos procesos metabólicos, y la luteína y zeaxantina son carotenoides con acción antioxidante a los que se atribuye capacidad para prevenir la degeneración macular y enfermedades coronarias como el infarto cerebral", añaden.
¿Por qué en el super los huevos están en los estantes y en casa en la nevera? Boticaria García responde
En una de sus últimas publicaciones, la farmacéutica, nutricionista y óptico-optometrista, Boticaria García, con nombre de usuario @boticariagarcia y que cuenta con más 853.000 seguidores en Instagram, explica por qué en el super los huevos están en los estantes y en casa en la nevera.
"Porque los huevos sudan. La cáscara no es impermeable, aquí hay entre 7.000 y 17.000 poros que puede ser la puerta de entrada para bacterias como salmonella. Pero tranquilos, mamá gallina protege a sus polluelos y ha puesto aquí una capa llamada cutícula, como un barniz antibacteriano que sella los poros, pero a la vez deja pasar gases. Deja pasar oxígeno, CO2, vapor de agua, pues aquí hay un embrión que tuviera que crecer, pero no deja pasar bichos, el problema es que la cutícula es sensible, y si el huevo suda, es decir, si se forma condensación aquí, la cutícula se puede disolver y entonces las bacterias pueden colarse. Por eso, en el súper los huevos están a temperatura ambiente para que al salir a la calle no haya cambios brucos. SI estuvieran en frío en la nevera del súper y luego los metes en el maletero del coche a 30 grados, los huevos sudarían y adiós cutícula. Entonces, ¿por qué al legar a casa sí los metemos corriendo en la nevera? Porque en la cocina hay cambios constantes de temperatura. Los guardamos en la nevera porque allí su temperatura es constante y los vas a sacar justo antes de cocinar. Por cierto, el peor sitio para guardarlos es, paradójicamente, la puerta de la nevera. Cada vez que la abres cambia la temperatura, más riesgo de sudor del huevecillo.