La esperanza de vida en el Estado sigue siendo de las más altas, sobre todo en el caso de las mujeres, cuya esperanza de vida en el año 2023 se situaba en 86,3 años frente al 81,1 años en los hombres, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Estas cifras evidencian que las mujeres viven más que los hombres, de media unos 5,2 años. Sin embargo, los datos también demuestran que la tendencia a ir aumentando la longevidad se ha frenado y que pocas personas nacidas en el siglo XX alcanzarán los 100 años.

¿Qué aspectos pueden influenciar?

Hábitos saludables

La mayor esperanza de vida de ellas se explica por hábitos de vida tradicionalmente más saludables que los hombres menor consumo de tóxicos, como tabaco, alcohol y drogas.

La alimentación

Las mujeres suelen mantener una dieta más saludable, con más consumo de verduras y frutas. Incluso el hecho de preocuparse más por mantener el peso puede ser favorable siempre que no se recurra a dietas drásticas.

Hormonas protectoras

Hay datos que demuestran que, al menos antes de la menopausia, el sistema inmunitario femenino suele ser mejor, más capaz de reaccionar gracias al papel de hormonas sexuales como los estrógenos. De este modo, en general, los varones tienden a responder mucho peor a las infecciones, lo que a su vez podría acortar su esperanza de vida.

También protegen…

Las mujeres ponen en práctica más a menudo conductas que promueven la salud, como acudir al médico o realizar las revisiones anuales. Además, son más propensas que, los hombres de los efectos perjudiciales del aislamiento social y la soledad.

Las distancias de acortan

El cambio de los hábitos de la población femenina en los últimos años podría llevar a igualar la esperanza de vida entre los dos sexos, según apuntan los expertos.

Hay un aumento de incidencia de cáncer de pulmón en las mujeres desde 2019 –ya se sitúa en el tercer lugar– por el incremento del consumo de tabaco en el sexo femenino a partir de 1970.

Por otro lado, la incidencia del cáncer de colon está muy correlacionada con hábitos dietéticos, ambientales y de estilo de vida, por lo que se recomienda no fumar, no beber alcohol, hacer ejercicio y seguir una dieta mediterránea.

Por último, los estudios muestran que las mujeres viven más, pero con una peor calidad de vida en sus últimos años y más tiempo en situación de dependencia.