Desde hace 28 años, Gerardo Fortuño Fortuño cubre los 480 kilómetros que separan Villarreal de Pamplona para correr los encierros de Sanfermines. Su amigo José Pascual Vaquero le inculcó la afición por los astados y siempre ha venido con él.

Este domingo se ha convertido en protagonista de la carrera con los Cebada Gago ya que ha sufrido la primera cornada de estas fiestas. "Me he encontrado cara a cara con el toro", ha descrito este veterano corredor (nacido en Castellón el 6 de agosto de 1974), desde la cama del Hospital Universitario de Navarra.

Acompañado de su amigo Baltasar Nebot, a primera hora de la tarde ya descansaba con su brazo izquierdo vendado en la habitación. "Siempre empiezo a correr cuando se abre la calle Estafeta, y este domingo cuando venían los toros me he tirado a la derecha y me he topado con la montonera. He intentado saltar a los mozos, me he encontrado en medio de ellos y el toro pasando por encima de mí pisoteándome. Yo pensaba que el morlaco iba a tirar para adelante, pero me lo he encontrado cara a cara", ha recordado este mozo residente en Villarreal.

Gerardo ha reconocido que en esos segundos no ha pensado en nada y que ha guardado la calma. "Según me han dicho eso me ha salvado, estar tranquilo y no hacer ningún gesto para que el toro no se fijara más en mí". En cuanto el cebadita Delantero se ha marchado camino a la plaza, Gerardo, de 48 años, se ha agarrado al último tablón del vallado para salir del recorrido.

"Los toros no me dan miedo"

Desde la cama del hospital, Gerardo, muy conocido en Villarreal, ha confesado su afición por los toros, animales que no teme pero respeta. "Son bravos y peligrosos; y ante una posible circunstancia como la que he vivido este domingo, hay que evitar los nervios".

Mientras conversa con este periódico, intervine Baltasar que también ha relatado cómo ha vivido la cogida de su amigo: "He acudido al sitio en el que quedamos todos, pero esta vez no ha aparecido. Mi hija me ha telefoneado para comunicarme que creía que el toro había herido a Gerardo. He ido a la ambulancia ubicada en ese tramo y allí me han confirmado que había recibido una cornada en el brazo izquierdo", ha indicado.

Ambos han intercambiado sus impresiones del momento vivido, y Gerardo ha querido agradecer al mozo que ha intervenido para apartar al morlaco de 580 kilos. "Tengo una pequeña herida de asta en el brazo izquierdo, es limpia, me la han curado y cosido", ha detallado el paciente. Sin embargo, ha quedado ingresado para que los sanitarios controlen la evolución de la cornada para evitar cualquier infección. "Es por precaución", ha manifestado.

El alcalde de Villarreal ha preguntado por él

Baltasar se ha quedado a acompañar a Gerardo, ya que los otros dos amigos que habían venido con ellos se han regresado a Villarreal. "Corremos los cuatro el encierro", ha contado.

Durante la mañana, su móvil no ha dejado de recibir mensajes, entre ellos el alcalde de su localidad, José Benlloch, que se ha puesto a su disposición. "Desde aquí doy las gracias a todas las personas que se han interesado por mí. Me han visto en televisión y han empezado a escribirme al WhatsApp", ha repetido en varias ocasiones.

Este año se ha llevado un susto en el encierro de Pamplona, y preguntado por si el próximo año regresará, se lo piensa: "Hay que valorar muchas cosas, pero ya veremos. Ahora hay que recuperarse lo antes posible", ha insistido.

Tras este episodio, Gerardo ha contado que le gusta acudir a festejos de pueblos de Castellón, con su hija pequeña de 16 años, que es taurina como él. "Ella desde el vallado y yo ante los toros. No sé decirle que no", ha añadido.