Este viernes ha comenzado en Pamplona la colocación de los primeros elementos que componen el vallado de protección de los encierros de las fiestas de San Fermín. La instalación se ha iniciado en el tramo del callejón, donde el personal de la Carpintería Hermanos Aldaz ha colocado los primeros postes en medio de una gran expectación en los alrededores de la Plaza de Toros y de las miradas curiosas de varios grupos de turistas de visita por los espacios más típicos de la ciudad.

En total, el vallado del encierro consta de 900 postes, 2.700 tablones y 2.500 cuñas, todo de madera, que se irán instalando de forma progresiva. Además hay unas 80 puertas de diversos tamaños que sirven tanto de evacuación del vallado como de cierre del recorrido.

El siguiente tramo, según ha indicado Íñigo Aldaz, responsable de la carpintería de Puente la Reina que se encarga de esta tarea desde 1992, será en los Corralillos del Gas y el inicio de la cuesta de Santo Domingo, donde el lunes comenzará la instalación.

Comienza el montaje del vallado para los encierros de San Fermín

En marcha el montaje del vallado en medio de la habitual expectación. Kepa García

Las labores de colocación del doble vallado corren a cargo de cinco carpinteros y continuarán a lo largo de todo el mes hasta que quede cerrado definitivamente el 6 de julio con la instalación de los tramos de parte de la calle Amaya y Estafeta.

El proceso es relativamente sencillo, ya que todos los años se encajan los mismos elementos en los mismos puntos, gracias a un código que combina números y letras que marcados con pintura. Cada pieza del dispositivo forma parte de una estructura de seguridad prefijada que se revisa anualmente.

Al estar diseñado como una doble pared con espacio entre ambas barreras, el vallado genera también una zona seguridad para quienes corren el encierro y desean salir del recorrido, y para albergar a quienes trabajan en la organización de la carrera (sanitarios, policía, periodistas, carpinteros, servicios de limpieza, etc.).

“Después de treinta años, las piezas están en la cabeza, están ya fichadas. Es básicamente un tetris. Cada poste, cada tablón y cada empalizada está en su sitio y tiene su ubicación; año tras año es la misma pieza en el mismo sitio, el mismo poste en el mismo agujero, está todo marcado” ha asegurado el jefe de carpintería.

Vallado de madera de abeto, más flexible

El vallado es de madera de abeto, por su flexibilidad, para que los tablones no se rompan al recibir un golpe. Una madera más rígida, “al recibir un golpe igual astilla o se rompe”, ha dicho. Aproximadamente el 2% de todo el material hay que renovarlo anualmente por el deterioro de la madera.

“No te puede faltar ninguna pieza”, ha asegurado porque “si te falta alguna pieza, la siguiente ya no la puedes poner”, ha explicado Aldaz, quien ha subrayado que en este trabajo “no se puede improvisar, porque el resultado sería nefasto”.

De forma complementaria los empleados municipales del servicio de Jardines del Ayuntamiento de Pamplona inspecciona el arbolado situado en el entorno, tanto del encierro, como del recorrido del encierrillo, para realizar los ajustes en la vegetación que sean necesarios para el correcto desarrollo de ambos actos.

Cada día de los Sanfermines, sobre las 8.10 horas, una parte importante del vallado se desmonta para permitir tráfico y tránsito, la vida habitual de la ciudad en fiestas. Cerca de 70 personas trabajan a diario en ese dispositivo que debe volverse a montar antes de la siguiente carrera.