Estafeta, “la calle que nunca duerme”. Durante los próximos nueve días esta será la realidad que gobernará en Pamplona para celebrar las fiestas de San Fermín. Un acontecimiento muy esperado por navarros, navarras y turistas y que, durante la jornada del viernes, no dio tregua a bares y tiendas de Pamplona como Platero Gigantes, el establecimiento de Rubén Platero ubicado en esta calle pamplonesa. Sobre la mesa del local descansaban las últimas figuras de San Fermín, recién llegadas en las cajas que se amontonaban en el suelo, a la espera de ser recolocadas en alguna de las estanterías de la tienda abarrotada de todo tipo de souvenirs sanfermineros, desde sus clásicos gigantes de goma hasta tallas de manera o las típicas botas. “Estas últimas horas antes de San Fermín las vivimos con el nerviosismo a flor de piel y ultimando algunos detalles de las cosas que llegan”, explicó Platero. 

Una escena que se repitió por todo tipo de locales en las calles de Pamplona, repletas de camiones y repartidores descargando cajas y distribuyéndolas a ritmo frenético, como ocurrió en el restaurante Katuzarra, en San Nicolás. Para su gerente, Iñaki Olloqui, “los últimos 15 días de preparativos son un poco lo más intenso” y donde no se puede escapar ni un solo detalle ya que, “por muchos años que llevemos preparándolo, al final todos los años tenemos siempre esos nervios previos por que salga todo como tiene que salir”. 

Un repartidor prepara los pedidos en la calle Curia de Pamplona. Javier Bergasa

Las previsiones

Estos “nervios” se sintieron de nuevo en Estafeta, donde el camarero del bar Fitero, Álvaro Esparza, terminaba de ultimar la vajilla. Aunque los preparativos de la barra y el almacén comenzaron hace tres semanas, los de la cocina se remontan a los dos o tres meses previos para intentar asegurar un buen abastecimiento de alimentos para sus fritos y pintxos pero, además, de cerveza, kalimotxo y cubatas. Aun así, Esparza y Olloqui coincidieron en recordar la dificultad para calcular de antemano las cantidades de producto necesario. Como destacó el gerente del Katuzarra, “vas un poco a ciegas, mirando los números de años pasados, e intentas equivocarte lo menos posible”.

Y el problema se complica un poco más con los dos fines de semana que este año van a tener los Sanfermines. En el Katuzarra ya tienen lista “una primera carga potente hasta los días 8 o 9, y luego vamos viendo para recargar hacia el siguiente fin de semana”, explicó Olloqui.

Sin embargo, la proeza de recopilar la comida y bebida suficiente se vuelve un reto aún mayor en bares como El mesón de la tortilla, en Navarrería. “Tenemos que hacer los preparativos poco a poco porque no tenemos mucho sitio. Ya está todo pensado pero lo hacemos a última hora para que no se junte”, añadió su camarero, Luis Miguel García

Un repartidor de cerveza en el Casco Antiguo de Pamplona. Javier Bergasa

Con ganas de fiesta

A pesar de que los Sanfermines no empiecen oficialmente hasta las 12.00h del 6 de julio, todos ellos coincidieron al asegurar que la fiesta ya había comenzado el viernes porque, según Esparza, “aunque aún no sea San Fermín, la gente está ya ansiosa”. Unas ganas por disfrutar del día 6 que nadie quiere perderse, ni siquiera los que viven fuera de Navarra, como explicó Natxo Ainzua, el propietario GurGur. En esta tienda de la Estafeta, especializada en todo tipo de alimentos de origen navarro, “ha habido mucha gente de última hora comprando cosas para los almuerzos o mandar a los parientes que tienen fuera de Pamplona y celebran el día 6, como txistorra y relleno”.  

Y es que todos auguran unas muy buenas expectativas de cara a los próximos días de fiestas, en los que las ganas de disfrutar de San Fermín se notaban en el ambiente horas antes de su comienzo. Para Platero, “ya huele a fiesta. La gente está deseando que llegue el 6 a las 12h, pero creo van a empezar con los previos de San Fermín desde la víspera, con los nervios a flor de piel”. Lo mismo creyó Esparza, quien desde la tarde del viernes predijo una subida constante de clientes hasta el 14 de julio. “Posiblemente bajará un poco el lunes, martes y miércoles, pero volverá a subir para el segundo fin de semana”. En este sentido, Ainzua añadió que “después de la pandemia la gente está animada y con muchas ganas de fiesta, entonces cualquier cosa es buena para celebrar”. 

Disfrutar tras la barra

Como en toda fiesta, mientras unos la viven en la calle, otros se las apañan para exprimirla al máximo en sus bares y tiendas después de los meses de preparativos. Así lo expresó Ainzua, quien mostró sus “ganas de que empiece San Fermín porque los preparativos son más tediosos pero el día a día es más fácil y gustoso”.

En el extremo opuesto, García sí reconoció, entre risas, que le gustaría que estos “días difíciles y de mucho curro” pasaran rápido. De la misma forma que Olloqui, aunque para el gerente del Katuzarra “una vez que nos metemos en la vorágine disfrutamos también de nuestro trabajo. Cada día es una aventura en la que buscamos funcionar y divertirnos lo máximo posible”.