Las pérdidas estrambóticas de objetos en Sanfermines han perdido colorido este año. En esta ocasión no ha sido como el año pasado, cuando alguien se dejó olvidada una tabla de surf apoyada en un vehículo ajeno y otra persona que perdió una dentadura postiza en una zona ajardinada y así transcurrieron todos sus Sanfermines, posiblemente buscándola en el lugar equivocado. Sea como fuere la Oficina de Objetos Perdidos, en la calle Monasterio de Irache, junto a las dependencias de la Policía Municipal de Pamplona, es un lugar de referencia para cualquier extravío y este año almacena todavía un andador, el típico taka taka de personas mayores que les facilita la movilidad, y una sombrilla azul de playa que parece que había encontrado su dueño. 

Más allá de eso, la documentación perdida, como la de Hada, una mujer que está segura de haber extraviado su cartera en una villavesa con todos los carnets y tarjetas posibles, es uno de los productos estrella del almacén. Hada no ha encontrado lo que buscaba y lo deberá seguir intentando. En la cola se encontraba también un matrimonio que perdió el móvil el día 6 por el centro de la ciudad, pero “no sabemos dónde”. Aunque tampoco hayan tenido suerte, estarán pendientes por si hay “alguna sorpresa”.

Mientras la ciudad descansa y se recupera después de unas largas fiestas, hay otros pocos lugares repletos de gente. La entrada de la Oficina de Objetos Perdidos es una de esas excepciones. Este lugar ha albergado una larga cola de personas que han ido a probar suerte. La esperanza de encontrar algo de su pertenencia entre las estanterías repletas ha hecho que la espera se haya hecho mucho más amena. 

En este oficina, según ha explicado un portavoz de la Policía Municipal de Pamplona, todos los días festivos han sido parecidos en cuanto a pérdidas diarias se refiere. “Desde el primer día han ido llegando objetos a las oficinas”. Sin embargo, aunque empezaron a recibir estas pertenencias, la mayoría no empezó a recogerlas hasta el día 8, lunes. Muchas personas pensaron que las oficinas estaban cerradas, o simplemente prefirieron disfrutar de la fiesta. Comparando estos Sanfermines con años anteriores, ha afirmado que “los resultados han sido muy parecidos”. 

Hay ocasiones en las que estos objetos son pertenecientes a un robo, pero que luego son tirados en la calle, como puede ser “el caso de un maleante que haya robado una bicicleta y luego la haya tirado al suelo”, ha explicado. Todos los objetos se quedan en el almacén, “a menos que estén implicados en algún tipo de delito”. En este caso, la policía los retira a otro lugar y se custodian para su estudio. Sin embargo, desde la oficina han repetido que es preferible acudir a esta oficina antes que denunciar la pérdida.

Estas oficinas todavía guardan más de 2.100 objetos perdidos durante las fiestas. De ellos, 1.020 ya han recibido el aviso de que se pueden pasar para recogerlos. Además, existe la posibilidad de que las pertenencias se manden por correo si se tratan de personas foráneas.