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Manu Martín Chica, corneado en el encierro: "Cuando me ha cogido el toro, he sentido por dentro lo mismo que al arrancar un trozo de tela"

Este joven madrileño de 22 años ha sufrido una cogida en la calle Mercaderes al no poder salir del recorrido porque se encontraba una persona obstruyendo la salida

Manu Martín Chica, corneado en el encierro: "Cuando me ha cogido el toro, he sentido por dentro lo mismo que al arrancar un trozo de tela"Izaro Díaz

A Manu Martín Chicamadrileño de 22 años— le hubiera gustado que esta vez todo fuera como antes: que nadie le reconociera entre la multitud. Como cuando era un crío y se escondía de sus padres para correr delante de los toros. No obstante, las cosas cambian cuando uno crece y le ha tocado vivir esta mañana una de las cogidas más reseñables de todas las que se han producido durante estos siete encierros de San Fermín. Se encontraba en su tramo habitual –la curva de Mercaderes– y ha visto cómo llegaban dos morlacos muy rápidos encabezando la manada –“no me esperaba esto de Los Palmosilla”, ha confesado– y, al tratar de apartarse, vio que “había una persona que estaba ahí colocada sin correr y que fue la que impidió que me subiera”.

Y, en un visto y no visto, el toro le corneó la zona abdominal, le levantó del suelo y sintió por dentro lo mismo que “cuando tratas de arrancar un trozo de tela. Traté de desprenderme, pero no lo conseguí hasta que no quiso él”, ha relatado. En cuanto tocó el suelo, su único pensamiento fue que tenía que salir de ahí, así que buscó la manera de arrastrarse para que ningún otro astado le hiciera más daño.

Manu Martín, mientras estaba siendo atendido por los equipos de emergencias en la curva de Mercaderes.

Como consecuencia, Manu presenta un desgarro en el costado izquierdo con salida parcial del intestino izquierdo, que se encuentra contenido por las capas superficiales del abdomen. Un diagnóstico complicado, pero mucho mejor del que les habían indicado los profesionales sanitarios previamente. “Lo primero que me han dicho es que he tenido mucha suerte y que, en principio, saldré de aquí en cuatro días”, ha dicho. En su carrera le acompañaba su padre, César Martín, corredor habitual, aunque desde hace un tiempo lo dejó, pero en esta ocasión algo le dijo que tenía que viajar hasta Pamplona para acompañar a su hijo: “Fue un presentimiento”, ha confesado. Y ya sea por destino o por casualidad, Manu tuvo la suerte de que la persona que le contagió la pasión por los toros y los encierros le acompañara en su segundo accidente –el primero fue hace unos años, cuando un morlaco le atravesó el gemelo– y estuviera presente para socorrer y avisar al resto de sus familiares y amigos. Entre ellos, su madre, Montse Chica, quien se encontraba en Madrid hasta después de ver cómo su hijo quedaba entre dos animales después de haber sido corneado. “He venido en tres horas desde San Sebastián de los Reyes. Pero las he sentido como 26”, ha confesado su madre, algo más aliviada tras ver a su hijo.

Una pasión heredada

Manu es la viva imagen de que las pasiones se contagian y de que no hay nada que pueda apartar a una persona de lo que ama. Por eso, después de acompañar a su progenitor en cada encierro desde el vallado, decidió esconderse de sus padres en 2018 –con tan solo 15 años– para estar cada vez más cerca de los toros. “Ellos no lo sabían. Me dejaba mi padre y, cuando no me veía, me bajaba y echaba a correr. Como no había tanto policía y son menos peligrosos que en Pamplona…”, ha señalado.

Volver con calma

Este joven de San Sebastián de los Reyes tiene muy claro que volverá a encontrarse frente a frente con la manada. Aunque no tiene prisa por regresar. “No quiero ponerme una fecha, pero cuando me vea bien de cabeza volveré”, ha asegurado. No obstante, como se trata de la segunda ocasión que sufre un episodio similar, Manu no tiene miedo. Tan solo “respeto que se merecen” a los animales.