pamplona. Al menos doce de las cincuenta universidades públicas tienen una capilla en sus campus, entre ellas, la Universidad Pública de Navarra. Desde 1993, año en el que el entonces rector del centro Juan García Blasco firmó un convenio con el Arzobispado de Pamplona, el edificio de El Sario acoge un pequeño oratorio en el que todos los mediodías se oficia una eucaristía. "La presencia no es masiva, ya que la mayoría de los profesores y estudiantes acuden a misa normalmente en sus parroquias, pero la asistencia es digna", asegura el capellán de la capilla y profesor Juan Carlos Elizalde.
El debate sobre la laicidad de la Universidad, a raíz de la protesta de un grupo de estudiantes en el campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid, también ha tenido eco en el seno de la UPNA. "Como cualquier acontecimiento universitario que aparece en los medios de comunicación ha surgido el debate en los foros internos y las opiniones, como comunidad plural que somos, son para todos los gustos", explica la vicerrectora de Proyección Social y Cultural, Camino Oslé, que asegura que nadie ha realizado un pronunciamiento formal para solicitar el cierre de la capilla. Tras explicar que el oratorio se creó hace 18 años a raíz de un convenio de colaboración firmado por el entonces rector Juan García Blasco y el arzobispo Fernando Sebastián, Oslé destaca que nunca ha habido ningún problema con la presencia de este oratorio.
distintas opiniones En otras universidades si hay más movimiento. De hecho, más de 150 profesores han firmado un manifiesto en favor de la laicidad en la Universidad. En el texto, que se recoge de forma íntegra en esta página, estos docentes dejan claro que no comparten la forma en la que se llevó a cabo la protesta (tres chicas se desnudaron de cintura para arriba en una capilla de la Complutense), pero consideran que "la presencia de capillas y otros símbolos de poder religioso en las instituciones educativas públicas no responde a la satisfacción del derecho a la libertad de culto sino a un privilegio de la Iglesia Católica que va siendo hora de superar en las universidades públicas".
Otra de las opiniones que vierten otros detractores es que la presencia de una capilla en un campus resulta impropio y extemporáneo para una institución pública, en una sociedad muy secularizada y cada vez más diversa. Además, añaden, "vivimos en un Estado entre aconfesional y laico".
Sin embargo, otras opiniones dentro del ámbito universitario consideran que "no hay que crear un problema donde no lo hay". Es la visión del catedrático en Sociología de la UPNA Josetxo Beriáin, que afirmó que "el conflicto de las capillas demuestra la necesidad de alguna gente de acudir a las capillas. ¿Que deban estar o no en las universidades públicas? No entro, pero ya que están, en la UPNA en concreto desde 1993, sería feo quitar a la gente el derecho a poder ir a orar". Otra cosa es, continuó Beriáin, "que este espacio pueda ser utilizado por otras religiones, que por supuesto que sí". Un hecho que, según asegura la vicerrectora de Proyección Social y Cultural de la UPNA ya ocurre en la capilla del edificio de El Sario, que es utilizada por los evangelistas para su culto.
En opinión de Beriáin, la cuestión es que "el Estado secular ha hecho suya cierta deriva secularista y eso ya es una ideología política. Trata de situar toda la creencia religiosa como una cuestión privada. Creo que hay una dimensión publica de la religión que tiene derecho a ser expresada democráticamente, lo que no se puede hacer es construir una religión y obligar a todos a practicarla". Para este sociólogo "el secularismo se está convirtiendo en una religión camuflada que impide que gente que cree pueda hacer público sus creencias".
A su juicio, es posible vivir en un mundo secular sin ser secularista. "Las teorías de la secularización han llevado a pensar que cuanto más moderna es una sociedad más secular es y menos religiosa, pero esta teoría tiene sus límites. Por ejemplo, EEUU que es uno de los países más modernos y con un estado secular es también uno de los más religiosos", aseguró Beriáin, para añadir "no confudamos ser modernos y seculares con ser menos religiosos".
cuidar el hecho religioso Por su parte, el capellán del oratorio, Juan Carlos Elizalde, aseguró que "en la universidad hay un debate en el que muchos profesores cristianas abogan por una universidad plural en donde estén representadas todas las sensibilidades. Estos docentes reivindican el hecho religioso como una parte más de la vida, de la existencia humana". En este sentido, Elizalde comparó el servicio religioso con el deportivo o cultural: "Si se cuidan esos aspectos, ¿Por qué no cuidar el religioso".
Este profesor es consciente de que puede haber gente que critique que exista un servicio religioso pagado por todos los contribuyentes y crean que pueda ser gravoso para la UPNA. Pero él lo niega. "La Universidad recibe 42.000 euros por la matrícula de los alumnos que cursan asignaturas referidas a la Religión. Restando sueldos de los dos profesores que las impartimos la UPNA tiene un superávit de más de 20.000 euros", aseguró Elizalde.