FRÍO EN VERANO
son muchos los empleados que son inmunes al frío al trabajar a bajas temperaturas durante todo el año
Está claro que medir el frío y el calor es muy difícil. Sin embargo, cuando se superan los 30 grados durante varios días y los termómetros no bajan de esa cifra, la gran mayoría agradecería que las temperaturas cayeran en picado para poder respirar aire fresco. A pesar de ello, hay personas que trabajan en empresas donde el mercurio no puede sobrepasar los 7 grados por motivos de seguridad alimentaria y estas condiciones son complicadas de sobrellevar durante todo el año. Este es el caso por ejemplo de la empresa de alimentación Spicarice, una firma dedicada a la elaboración de productos para la alimentación humana, en la que trabajan un total de once empleados que, cada día, se incorporan a su puesto bien abrigados y preparados para pasar frío, aunque en la calle haga un calor asfixiante, ya que en las instalaciones tienen que estar entre los 4 y 7 grados todos los días.
Por ello, Mari Jose Pérez Artoleta, que lleva 9 años trabajando en este negocio, señala que "trabajar en verano y trabajar en invierno es prácticamente igual" y aunque el cambio se nota más bien poco, hay un "ambiente diferente", subraya Mari Jose que considera que "en verano se pasa menos frío que en invierno" aunque ella cree que es algo psicológico y que al final "es cuestión de acostumbrarse".
En este aspecto también coincide Jesús, responsable de la empresa que explica que trabajar a esta temperatura es necesario para cumplir el nivel de seguridad alimentaria que obliga a desarrollar sus funciones en unas temperaturas controladas. Por ello, en Spicarice las temperaturas oscilan entre los 0 y 7 grados en las zonas donde se encuentran los productos refrigerados y elaborados mientras que en la zona de cocina, donde se preparan los productos elaborados, se alcanzan temperaturas más altas similares a las de otros locales. "En el sector de la alimentación, independientemente de la época del año, siempre hay que trabajar en el mismo rango de temperatura", comenta Jesús.
prendas térmicas Asimismo, en la empresa existe una cámara de congelado a efectos de almacenamiento para la que es necesario ir avituallado de otra forma. En ella, no se puede permanecer más de 20 minutos seguidos ya que "por las bajas temperaturas que se alcanzan son otras condiciones de trabajo", subraya el responsable de la empresa. Esta claro que la seguridad y la protección de los empleados es prioritaria en estos establecimientos, por ello, deben llevar la ropa adecuada para soportar temperaturas bajo cero. "Nos ponemos un abrigo más gordo y guantes", señala Elena Sanchoyerto Aizcorbe, responsable de la sección de congelados del hipermercado Leclerc. En su opinión, los cambios de temperatura en verano son peores porque se notan más, sin embargo afirma que "se agradece" el momento que tiene que estar dentro de la cámara. Asimismo, Sanchoyerto explica que muchos clientes le preguntan si no pasa frío pero ella reconoce que ya "es casi inmune" a la hora de trabajar en ese rango de temperatura y que, al estar acostumbrada, "aguanta menos el calor".
Cuando se trata de permanecer en un lugar, a una temperatura bastante baja y en un puesto de trabajo que requiere estar quieto, no hay otro remedio que abrigarse como si estuviera nevando. Y es que, aunque sea verano y haga 35 grados, los empleados y empleadas de Spicarice o de Leclerc no dudan ni un segundo en equiparse con prendas térmicas, forros polares, pantalones, camisetas y chaleco que les ayudan a mantener el calor lo máximo posible. "La temperatura aquí es la misma todo el año, por eso llevamos la misma ropa en verano que en invierno", declara Mari Jose, trabajadora de Spicarice.
Al igual, Camino Berastegui, que trabaja en la Pescadería Arráin de Pamplona señala que ella prefiere trabajar en invierno porque "el contraste es menor", aunque aclara que "los días de verano en los que se superan los 30 grados, estar dentro de la tienda a 15 o 16 grados se agradece muchísimo". Camino que no duda ni un instante en elegir el frío antes que el calor también añade que no es lo mismo estar en la tienda que tener que entrar a la cámara que se encuentra entre 0 y 3 grados. "Cuando entras acalorada, que llevas todo el día sin parar y te encuentras con una temperatura de 10 grados menos, es un cambio muy duro", comenta. Por su parte, Yolanda San Millán Zufiría, adjunta de cremería del Leclerc también comparte esta idea cuando explica que "es más fácil enfriarse en verano cuando hay más contraste entre las cámaras y la calle". En general, el frío y el calor son como todo, cuestión de preferencias. Así, para Joaquín Ariztia, carnicero, "entrar en las cámaras en verano, es un momento esperado para escapar del calor", afirma. Igualmente, Pedro Berdusan Larpa, responsable de cremería del Leclerc comenta que él agradece trabajar en verano en las cámaras ya que particularmente "no le afectan los cambios de temperatura". Andrea Ibáñez Taberna que ocupa el puesto de adjunta, en la sección de charcutería de este establecimiento, también asegura que aguanta "mucho mejor el frío" y que, para ella, este trabajo "es un alivio en la época estival". No obstante, indica que es "imprescindible" tener cuidado y controlar las protecciones necesarias según las temperaturas de las cámaras.
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