Sandra y Sergio llevan tres meses trabajando en la tienda Mamá nos da de comer, un establecimiento que nació de la mano de Fundación Xilema con el objetivo principal de promover la inserción sociolaboral de personas en dificultad social. Ellos han sido los dos primeros jóvenes que se han beneficiado de esta iniciativa, financiada por la Obra Social la Caixa, y que le ha permitido a esta fundación completar la labor formativa y de acompañamiento que realizan con los menores tutelados y adultos que residen en sus recursos. “Les permite vivir la experiencia real de lo que significa un trabajo. Aprenden a desarrollar habilidades que sólo se pueden desarrollar a partir de la práctica”, asegura la directora general de Fundación Xilema Idoia Urzainqui.
La tienda Mamá nos da de comer, situada en la Rochapea, abrió sus puertas en 2010. “Surgió por la necesidad que vemos en los chavales que están en los pisos de tener una experiencia laboral”, recuerda Urzainqui. Al no recibir subvenciones, su primer reto fue convertirse en un establecimiento solvente. “Ofrecemos un servicio de restauración a domicilio para personas mayores que viven solas o gente que trabaja y no tiene tiempo para hacerse la comida, también servivos en algunos de los centros de Xilema y vendemos comida preparada en la tienda”, explica Esther Osa, educadora de la fundación y encargada de Mamá nos da de comer, que añade que “conforme fuimos obteniendo algún beneficio comenzamos a promover la incorporación socio-laboral de personas en situación de dificultad social, nuestra razón de ser”.
En la actualidad en la tienda trabaja un equipo profesional, integrado por cinco personas (cocinero, ayudante de cocina, repartidos, encargado de limpieza y la propia encargada), y cada seis meses contratan a una persona procedentes de los recursos de Xilema: centro de atención a mujeres, centro de atención a personas sin hogar... Asimismo, y gracias al proyecto financiado por la Caixa, la tienda formó a ocho chavales durante un mes y contrató a dos de ellos para medio año. “La Caixa ofrecía una subvención para inserción sociolaboral, preparamos el proyecto y nos lo concedieron. Primero hicimos una selección previa de los chicos y chicas mayores de 16 años que tenemos en los pisos, hicimos unas entrevistas diagnósticas y elegimos a ocho. A los dos que vimos más motivados se les hizo un contrato laboral para seis meses”, asegura Urzainqui, que espera poder lograr la misma subvención en 2015.
aprender haciendo La experiencia está siendo muy positiva. “La formación práctica era la parte que nos quedaba para cerrar el círculo a la labor formativa y de acompañamiento que hacemos tanto a los menores como los adultos. Hacemos un proyecto muy intenso mientras están en los recursos, pero conforme cumplían la mayoría de edad y se enfrentaban a la vida autónoma veíamos que hacía falta una experiencia de trabajo real: tener unos horarios, un jefe, unos compañeros...”, expone la directora general de Xilema. Y es que la experiencia laboral posibilita aprendizajes que desde la formación no pueden aportar. “Aprenden a desarrollar habilidades que sólo se pueden desarrollar a partir de la práctica. Madrugar solo se sufre madrugando”, afirma .
Para estos jóvenes, tal y como confirman Sergio y Sandra, su trabajo en Mamá nos da de comer es su primera experiencia laboral. “Aprenden a desenvolverse en relaciones de tipo asimétrica con adultos, a superarse a si mismo, a distribuirse el sueldo, experiencias que hasta ahora no tenían. Es un contacto más real con el futuro que les espera”, asevera.
En esta misma línea opina la encargada de la tienda. “Aprenden a trabajar en equipo, a obedecer, a aguantar el calor de la cocina... Saben lo que es estar 7 horas sudando en una cocina y quizá esto les haga replantearse su vida y darse cuenta de que tienen que estudiar. Y si les gusta este trabajo podrían estudiar algo relacionado con la hostelería”, asevera Osés, que asegura que “lo llevan bastante bien. Es una experiencia muy interesante para ellos y también para nosotros”.
Por su parte, estos jóvenes agradecen la oportunidad que les concede Xilema y la Caixa de poder trabajar en la tienda. “Cuando me llamaron para decirme que era uno de los elegidos fue una sorpresa”, reconoce Sergio, que acaba de terminar el grado medio de FP de Actividades Físico Deportivas en el IES Sierra de Leyre de Lumbier. Hasta que terminaron las clases, Sergio, de 18 años, y Sandra, de 16, acudían a la tienda los fines de semana (de 8 a 15 horas) para poder compatibilizar el trabajo con los estudios, pero en verano trabajarán de lunes a viernes. “Hacemos de todo, cocinar, limpiar, ayudar a los cocineros”, explica Sergio, que reconoce que “lo que más le gusta es cocinar y lo que menos la limpieza”. Sandra sonríe y asiente. Esta joven, que recientemente ha pedido trabajar media jornada (le cubre otro chaval), aún no tiene claro su futuro. A Sergio le va el deporte, por eso quiere cursar el grado superior y después, INEF.
Situación. Mamá nos da de comer está en la calle Joaquín Beunza 25, Rochapea.
Objetivo. Su principal objetivo es promover la inserción sociolaboral de colectivos en situación de dificultad.
Precios.
-Un plato a elegir entre los primeros y otro entre los segundos: 7,2 € (entre semana) u 8 € (fin de semana),
-Un plato a elegir entre los primeros: 3,50 euros;
-Un planto entre los segundos, 4.50 euros.
¿Cómo hacer el pedido? El pedido se puede hacer de lunes a domingo de 8 a 15 horas de las siguientes maneras: llamando al teléfono 948 074160 o enviando un mail a mamanosdadecomer@xilema.org. La recogida se puede realizar en la tienda, de lunes a domingo, de 11.30 a 15 horas. Para aquellas personas que no pueden desplazarse hasta la tienda y tras acordarlo previamente, también llevan la comida sal domicilio o a las instalaciones de la empresa o grupo que lo pida. Para concertar el servicio hay que pedir al menos 4 comidas por semana.