Pamplona - El restaurante El Fogón de Noáin ubicado en el inicio de la Autovía del Pirineo (Pamplona-Jaca-Huesca) fue objeto en la madrugada de ayer de un robo con fuerza cometido por varios encapuchados que accedieron al interior del local tras romper la puerta principal y que se apoderaron del dinero que había en las máquinas tragaperras y en la caja registradora. Es la tercera vez que el mismo establecimiento sufre un asalto de estas características en el último mes y medio.

El restaurante se sitúa en el kilómetro 7,5 de la A-21 en sentido Jaca, junto a una estación de servicio que el domingo había cerrado sus puertas a las 22.00 horas, según explicó ayer el titular del local, Toño Navas. El robo se produjo pasadas la 1.30 horas de la madrugada, momento en el que los delincuentes forzaron la puerta de acceso con una palanca u objeto similar y entraron al interior del establecimiento tapándose las caras con capuchas u otras prendas. En ese momento su presencia fue detectada por la central de alarmas. “Me llamaron por teléfono y me conecté a las cámaras de seguridad desde casa. Les vi andar de un lado a otro. Eran varios, porque dejaron varias pisadas de barro”, relató ayer el hostelero afectado.

Tras desplazarse hasta el restaurante, después de haber alertado a los Cuerpos policiales, Navas comprobó cómo una vez más habían violentado los cajetines de las máquinas tragaperras que almacenan las monedas. “Habría unos 2.000 euros más o menos. También miraron la caja registradora, pero ahí había poco dinero”, apuntó.

Esta situación no era nueva para el encargado del establecimiento, ya que a principios de agosto también fue asaltado por desconocidos que robaron la recaudación de las máquinas tragaperras y de una máquina de apuestas. “Entraron los días 1 y 2 de agosto consecutivamente. En aquellas ocasiones lo hicieron desde el lado de la gasolinera, donde también robaron. Igualmente iban con las caras tapadas, como anoche, para que no se les identifique”, recordó Navas.

Hasta El Fogón de Noáin acudieron ayer patrullas de la Policía Foral, de la Guardia Civil y de la Policía Municipal, aunque fueron agentes del Cuerpo autonómico pertenecientes a la División de Policía Científica quienes se hicieron cargo de llevar a cabo la inspección ocular en busca de huellas y otras evidencias que ayuden a identificar a los autores. El hostelero tenía previsto denunciar por la tarde el robo en las dependencias de la Policía Foral después de contabilizar la cantidad de dinero sustraído por los ladrones.