PAMPLONA. Escenarios navarros de Orreaga-Roncesvalles e Ibañeta han rememorado, un año más, el triunfo de los vascones en la Batalla de Roncesvalles, en el 778, con unos actos en los que han participado varios cientos de personas.
Los actos han sido organizados por Etxabarrengoa Kultur Elkartea y Orreaga Fundazioa con el objetivo principal de "dar a conocer ese retazo de nuestra historia y contextualizarlo en la actual coyuntura socio-política Navarra".
Tras el acto que tuvo lugar el pasado 8 de agosto en Pamplona para recordar la destrucción de la ciudad por las tropas de Carlomagno, este sábado se ha recordado una parte de la historia "desconocida para la mayoría, ya que apenas se trabaja en el currículum escolar", han señalado en un comunicado los organizadores.
La jornada ha comenzado en Orreaga-Roncesvalles, con un homenaje a los vascones caídos en aquellos sucesos, y ha seguido en Ibañeta, con la escenificación de tres hitos históricos: la batalla del 778; los hechos del 812, en los cuales el hijo de Carlomagno secuestró a las mujeres y niños de la zona para utilizarles como escudo a la hora de atravesar Ibañeta; y la proclamación de Íñigo Arista como jefe de los Vascones en el 824.
Este año además, según información facilitada por el Gobierno de Navarra, se cumplen 50 años del diseño del monumento a Roldán, en el puerto de Ibañeta, realizado por el entonces responsable de la Dirección de Arquitectura de la Diputación Foral de Navarra, Cándido Ayestarán.
La participación de Ayestarán ha sido descubierta ahora por el Archivo de la Administración al reorganizar, digitalizar y catalogar los mapas y planos que custodia. Hasta el momento se conocía el autor de la cercana ermita de San Salvador, José Yárnoz Orcoyen, pero no la del monumento al sobrino de Carlomagno.
La construcción del monumento a Roldán se remonta a 1967 y su coste, según dicha fuente, fue de 100.692 pesetas, de las que 15.600 correspondieron a las mazas y espada robadas en 2005.
Su colocación rememora la Batalla de Roncesvalles, que al parecer, según el Ejecutivo Foral, no pasó de ser una escaramuza en la que tribus de vascones, tal vez apoyadas por musulmanes, atacaron a la retaguardia del ejército carolingio comandada por Roldán.
Unos meses antes, Carlomagno había atravesado el Pirineo para apoyar la sublevación de diversos cabecillas musulmanes de la cuenca del Ebro contra el emir cordobés Abd al-Rhaman I a cambio de recibir la plaza de Zaragoza.
Como fracasó la entrega de esta ciudad, las tropas francas se retiraron por suelo navarro, desmantelaron el recinto amurallado pamplonés y su retaguardia sufrió la emboscada mencionada cuando atravesaba un desfiladero, en la que perdió la vida Roldán, sobrino del rey franco.
Desde entonces, el nombre de Carlomagno, evocado en el collado de Ibañeta por una cruz, la cruz de Carlos, ha quedado asociado a este entorno.
Al respecto, dicha fuente subraya que no solo la localidad de Valcarlos tomó de él su nombre (Valle de Carlos), sino que, además, según la tradición, la capilla del Espíritu Santo o Silo de Carlomagno, considerado el edificio más antiguo del entorno de la Colegiata de Roncesvalles, sería el templo alzado por el rey franco para servir de enterramiento y recuerdo a sus hombres muertos en la batalla de 778.
Sin embargo, como señala la Gran Enciclopedia Navarra, "no existen indicios arquitectónicos que permitan adelantar la construcción de este templo más allá del siglo XII".