Los topos y otros animales muchas veces suponen un engorro en el campo por dificultar el desarrollo de la agricultura y otras actividades, como por ejemplo, la construcción de madrigueras. Sin embargo, la caza de estos animales, en especial con trampas de cartuchos, suponen un peligro para la seguridad, además de un delito tipificado como delito en Navarra.
Así lo recordaron ayer desde Policía Foral de Navarra tras conocerse la imputación de un vecino de Odieta, de 72 años, propietario de una trampa para topos, acusado de tenencia ilícita de armas. Aunque los hechos sucedieron a finales del mes de julio, fue ayer cuando desde el cuerpo policial informaron sobre la imputación del hombre al que se le acusa de los cargos mencionados. Además, el hombre resulto herido en su pie izquierdo como consecuencia del estallido de una de sus trampas, y fue trasladado posteriormente en ambulancia al CHN, donde fue operado de urgencia.
Los agentes localizaron en la inspección ocular dos trampas caseras con las que matar topos, una de ellas con un cartucho de caza en el interior de su cañón y otra vacía, de la que se habría producido el disparo, al recoger del suelo una vaina del calibre 12mm de perdigones tipo “mostacilla”. Asimismo, observaron en la pradera varias madrigueras, sobre las que habrían estado colocadas las trampas, ya que se advertían indicios de haber estado clavadas de forma rotatoria.
Este especie de cepo para “topera” es un dispositivo mecánico que dispara un cartucho cuando el animal activa un resorte. El disparo se produce cuando el topo, en su movimiento, activa un muelle que acciona un gatillo que percute sobre el cartucho. La trampa, tiene origen francés y se viene detectando el uso de copias artesanas que se colocan en el exterior de las madrigueras.
El desarrollo de este tipo de prácticas está muy extendido en la zona norte de nuestra Comunidad, según fuentes de la Policía Foral, y están catalogadas como armas de fuego prohibidas. Su utilización en el medio rural está tipificada como delito ya que su manipulación puede acarrear graves lesiones, tal y como le ocurrió a este vecino de Odieta. - D.N.