pamplona - La Sociedad de Ciencias Aranzadi concluyó ayer con las labores de búsqueda y recuperación en la sima de Legarrea de los restos de la familia Sagardía Goñi, la madre embarazada de siete meses, Juana Josefa Goñi Sagardía, y 6 de sus 7 hijos Asunción (de un año y medio), José Mari (de tres), Martina (de seis), Pedro Julián (de nueve), Antonio (de doce) y Joaquín (de dieciséis), desaparecidos todos ellos en agosto de 1936 en Gaztelu. Con el hallazgo y la exhumación del esqueleto de la madre se da por concluida esta fase de la investigación, ya que, según la antropóloga Lourdes Herrasti, se ha confirmado la tesis de que en la sima yacían los miembros de esta familia desaparecida tras el golpe de Estado. “Ahora lo que procede es que completemos el correspondiente informe y remitirlo al Gobierno de Navarra, que es quien ha impulsado la exhumación, y también, claro, a los familiares”.

De esta manera se pasa una nueva página y se avanza en un oscuro suceso del que solo se sabía el rumor de que fueron arrojados a la sima, posiblemente por personas de su entorno en un contexto de guerra civil. Tan solo quedaron con vida el padre de familia y marido de la desaparecida, Pedro Sagardía Agesta, que estaba encarcelado tras alistarse al requeté, y el mayor de los hijos, José Martín, que se encontraba trabajando fuera del pueblo. Diversas publicaciones, investigaciones policiales y la labor de las asociaciones memorialisticas han sido claves para este logro.

Los últimos restos hallados ayer se suman a los localizados entre el 8 y el 19 de octubre. Todos ellos fueron arrojados al pozo, presuntamente por vecinos, en 1936. El 2015 se produjo una primera intentona de localizar los cuerpos, pero el hallazgo del cadáver de Iñaki Indart, un joven de Legasa desaparecido en marzo del 2008, obligó a paralizar las labores. Estas se retomaron a principios de septiembre con las limpieza del lugar a cargo del grupo de espeleología Satorrak. Fue hace un mes, cuando se descubrieron los primeros restos de dos de los niños y empezó a arrojar luz científica sobre un caso que hasta entonces era uno de tantos crímenes sin respuesta que dejó tras de sí la guerra.

El trabajo no ha sido fácil. La cueva tiene una profundidad de 50 metros y a lo largo de los años se habían ido acumulando en el lugar restos de animales y plantas o residuos arrojados a su interior como electrodomésticos, muebles, plásticos o cristales. Las labores que se han llevado a cabo en Gaztelu se enmarcan dentro del convenio que el pasado marzo firmó el departamento de Relaciones Ciudadanas e Institucionales con la Sociedad de Ciencias Aranzadi para desarrollar un nuevo plan de exhumaciones durante 2016.

El caso de Juana Josefa Goñi y sus hijos cierra una nueva etapa y está por ver si tiene una repercusión judicial ya que el sumario de su causa fue abierto y cerrado en tres ocasiones entre 1937 y 1946. La asociación de familiares de fusilados Affna36 pidió el pasado diciembre reabrir este caso y encargó a Aranzadi los estudios previos con la finalidad de exhumar la sima de Gaztelu y localizar los restos de esta familia. Sin embargo una nueva incidencia iba a cruzarse en el camino para complicar el caso ya que su trabajo se vio interrumpido temporalmente con el hallazgo de los restos de citado joven de Legasa sobre el que hubo una investigación judicial archivada. La historia de la familia Sagardía Goñi aparece reflejada en el libro de José Mari Esparza La Sima. ¿Qué fue de la familia Sagardía?, un estudio que indaga sobre todo lo que hasta ayer se sabía de este suceso y que ha sido vital para reactivar el caso. En su obra, Esparza alude a que el 30 de agosto de 1936 la mujer desapareció junto a seis hijos menores de edad. El texto recoge las declaraciones de las diferentes personas que pasaron por el juzgado por este caso, entre las que se encuentra la de un vecino de Legasa que reconoció que Juana Josefa Goñi y sus hijos fueron acorralados con teas de fuego y conducidos hacia la sima. Ahora serán los huesos los que hablen. Y quizá la Justicia. - J.I.C.

10 de septiembre. Después de 80 años desde que Juana Josefa Goñi Sagardia y seis de sus siete hijos desapareciesen, el hallazgo de los restos de dos niños en el fondo de la sima Legarrea confirma los rumores de que fueron arrojados a ella en 1936.

8 de octubre. Aranzadi amplía la exhumación en Legarrea tras hallar cinco cuerpos.

10 de octubre. Hallados la mayor parte de restos de la familia Sagardía Goñi en Legarrea al encontrar los cuerpos de la madre y su hijo menor.

12 de octubre. La Sociedad de Estudios Aranzadi da por concluida la exhumación al sacar el esqueleto de la mujer. Los restos y el informe técnico pasarán ahora al Gobierno y a los familiares.