diego León Cardona Santana. 49 años. Considerado uno de los capos más importantes de la mafia colombiana en España, acusado de los delitos de pertenencia a organización paramilitar, homicidio doloso, tráfico de drogas, blanqueo de capitales, falsedad documental y quebrantamiento de condena. Y hasta hace unos días, residente en la localidad navarra de Noáin, donde vivía con un familiar en la casa de un amigo, donde fue detenido por agentes de la Guardia Civil.
La detención de Cardona fue practicada esta semana por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Navarra, apoyada por otras unidades del cuerpo. El narco, sobre el que pesaban cuatro órdenes de arresto, cambiaba habitualmente de residencia para evitar su localización. Tras su arresto, ingresó en la prisión de Pamplona por orden del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Aoiz.
Además de la prolífica actividad delictiva que se le atribuye, Cardona preparó el asesinato del exfiscal jefe de la Audiencia Nacional Javier Zaragoza, una acción que frustró la Guardia Civil el 29 de enero de 2003. La llamada Operación Astilla, que en su día desarrolló la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Madrid, permitió descubrir que el abogado gallego Pablo Vioque, especializado en la defensa de narcotraficantes y con el que compartía celda Cardona en la cárcel madrileña de Soto del Real, le encargó que organizase con un sicario la muerte del fiscal antes del juicio en el que el letrado resultó finalmente condenado a 18 años de cárcel por su implicación en la introducción en España de un alijo de 1.800 kilos de cocaína confiscados por la Policía Nacional en mayo del 2001.
Tras recibir el encargo, Cardona lo transfirió a Fredy Tartales Solís, un compatriota suyo que a su vez contrató como sicario a un ecuatoriano, al que le llegó a entregar fotos de su objetivo sacadas de fotocopias del periódico La Voz de Galicia. Dicho medio reveló que a través de una de sus abogadas le hizo llegar una cantidad de dinero para comprar las armas y, como anticipo, también le hizo saber que después de este primer trabajo, tendría que ejecutar a otras tres o cuatro personas más y que, si todo salía bien, iba a recibir más encargos. Pero el sicario contratado era confidente de la Guardia Civil, que detuvo a todos los implicados en la trama.
DROGA EN MALETAS Cinco años después, Diego León Cardona Santana fue arrestado en el marco de una operación contra la llegada de droga en maletas al aeropuerto de Barajas, narcotráfico que dirigía por medio de una red de personas, en su mayoría colombianas, que distraían del control policial el equipaje que ya veía marcado de antemano; operativo en el que se aprehendió un total de 50 kilos de cocaína. Para cometer sus delitos, los integrantes de la banda se valían de los chivatazos de un subinspector de la Policía Nacional en Torrejón de Ardoz (Madrid) para elegir los mejores momentos en los que introducir la cocaína en el interior de maletas a través de la terminal madrileña.
Subordinada a esa red, operaba otra organización en Valencia, vinculada también al ahora detenido, destinada a organizar bodas entre un nacional y un extranjero para que esta última persona obtuviera la nacionalidad española, además de la elaboración de documentación falsa. Para ello, se servían de un topo que tenía en la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana, un administrativo que también fue detenido en 2008 junto a otras 16 personas. En la misma operación fueron arrestadas en Madrid 21 personas, incluido el infame vecino de Noáin.