PAMPLONA - Dice que la acción que protagoniza no es más que un favor pequeño como el que le hubiera gustado que le hicieran si él fuera el que hubiera perdido la cartera. Se quita importancia y no quiere protagonismo. Aquí tienen la mañana distinta que vivió este vecino de Castejón al que ayer ya le empezaba a arder el móvil cuando corrió la noticia del favor que protagonizó.

Cuente cómo fue el hallazgo.

-Había acudido a la oficina de Empleo para entregar una documentación adicional. Sellé el paro hace un par de días y me faltaban unos papeles. Llevó 15 días desempleado. El caso es que terminé el trámite y me fui a hacer un recado a otro lado. Cogí el coche, acabé el recado y me fui a tomar un café a un bar. Como tenía una llamada pendiente de hacer, estuve un rato hablando en la misma calle y entonces me fijé en que había una mochila junto a una cristalera, subida a un bordillo. Como si alguien que hubiera estado sentado, se la hubiera dejado. Yo seguí hablando por el móvil pero, al colgar, vi que nadie se acercaba a por la mochila. Aún así pasaba gente, hay una terraza cerca, pero nadie le hacía caso y ya pensé que alguien la había perdido. La abrí y vi que había documentación. Me la llevé al coche para verla bien por si había algún contacto y fue entonces cuando observé todo. Me asusté. Había llaves, documentación, y una cartera con un fajo gordo de billetes. Joder, claro que piensas, ¡lo qué haría yo con esto! Pero creo que todos somos humanos e hice lo que me hubiera gustado que hicieran en caso de que yo lo perdiera. Me he puesto en su pellejo. Al principio, al ver el dinero, pensé que era una broma de cámara oculta. Miré a un lado y a otro de la calle, salí del coche por si venía alguien a reclamarla, pero seguía sin aparecer nadie. Así que contacté con un amigo que es policía foral y estaba de servicio. Le dije lo que había pasado y se acercó para hacer el acta de entrega de la mochila. Enseguida dieron con el dueño, que al parecer había denunciado la pérdida en Policía Nacional. No lo he visto en persona pero cuando fueron a su casa a devolvérsela, el chico quiso llamarme y darme las gracias. Quedaremos para tomar un café. Quería darme un abrazo y se lo devolveré, porque además he visto que el dinero era para una buena causa. Lo único que me preocupaba era devolver un dinero que fuera de algo ilícito. Por suerte no era el caso.