pamplona - El Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) eligió ayer con 13 de los 21 votos a la juez instructora de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, como nueva magistrada de la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Fue la primera magistrada, antes que Llarena, que investigó la causa independentista catalana, envió a prisión a Jordi Sánchez y Jordi Cuixart y ha instruido la causa íntegra contra el exjefe de los Mossos, Josep Lluìs Trapero. Ahora, pese a llegar al TS, no podrá juzgarles.
Pero Lamela jugó además un papel determinante en la investigación por la agresión a dos guardias civiles y a sus parejas en octubre de 2016 en Alsasua. Fue la jueza que dirigió la instrucción y que, por arte de birlibirloque, encargó un informe a la Guardia Civil a los pocos días de recibir una denuncia de Covite y convirtió la causa en una investigación por terrorismo. Además, mantuvo durante toda la investigación, a tres de los acusados (Oihan Arnanz, Jokin Unamuno y Adur Ramírez) en prisión preventiva, fue condecorada a los once días de incoar las diligencias y rehusó practicar numerosas pruebas testificales y documentales de las defensas. Una vez juzgado el caso, la Sala de lo Penal de la AN condenó a los procesados hasta a 13 años de cárcel pero tuvo que desistir del delito de terrorismo al ser insostenible. Fue el pretexto para retener la causa. Y así la retuvo Lamela, en lugar de devolverla al juzgado de instrucción de Pamplona como reclamó la Audiencia navarra, que planteó una cuestión de competencia al entender que no se trataban de delitos graves. Lamela también veía terrorismo en los disturbios de marzo de 2017 en el Casco Viejo de Pamplona por los que se juzgó a cuatro jóvenes de Rentería. Tampoco se les condenó por dicho delito. Se les impusieron dos años por desórdenes públicos. - E.C.