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Grietas a 60 metros de altura en Pamplona, en el Edificio Singular

Grietas a 60 metros de altura en Pamplona, en el Edificio Singular

os 70 metros de altura del Edificio Singular de Pamplona, y los 65 de la Torre Basoko, los inmuebles más altos de la capital navarra, resistieron los terremotos de la noche de ayer casi sin rasguños: algunos vecinos del primero de ellos sí sufrieron daños en las paredes de sus domicilios. "Por la mañana he revisado la vivienda y he visto que han aparecido grietas en el salón que antes no estaban, en dos paredes", confirmaba ayer Mercedes Fradera, de 53 años y vecina de la planta 14 del Edificio Singular.

Esta vecina, que lleva cuatro años residiendo en el emblemático edificio pamplonés, comentó que su sueño se vio interrumpido con cada unos de los tres grandes movimientos sísmicos. "Me he despertado en los tres terremotos más importantes. Me desperté por el sonido, por el ruido de algún mueble que tenía algo encima. Al principio me asusté un poco pero no me he parado a pensar qué podría pasar en un edificio tan alto como este si hubiese algún terremoto mayor. Sí que he pensado en hablar con algún arquitecto para preguntarle algunas dudas", explicó la mujer. "¿Está preparado lo suficientemente este edificio para soportar terremotos de más intensidad?, se cuestionó.

Algunas plantas más abajo, Luis Hermoso de Mendoza, de 78 años y vecino de la 7ª planta, "acababa de ver un partido de fútbol" y se había acostado. "Sentí una especie de temblor del edificio, que ya conocía de hace unos años. Así que estuve preparado para ver si se ponía peor. Te deja la inquietud de qué pasaría si hubieseun terremoto de mayor magnitud", reconoció el hombre, que lleva 18 años viviendo en la singular torre.

Sorprendentemente también hubo inquilinos del mismo edificio que no percibieron los temblores, como Miki Ayestarán, de 68 años y vecino de la planta 15. "En otras ocasiones, sí he notado los terremotos, pero anoche tuve la suerte de estar dormido y no noté nada. Me he enterado de que había habido terremotos a las 7.00 horas por los whatsaps de familiares y amigos. En estos pisos altos se nota mucho, porque son los que más oscilan, pero he tenido la fortuna de no enterarme, porque no me gustan nada", señaló Ayestarán, que lleva 40 años afincado en el Edificio Singular.

En el barrio de Iturrama, en la Torre Basoko, Pedro Vivanco, de 85 años, y vecino de la planta 17, "estaba cogiendo el primer sueño y noté que temblaba la cama. Me desperté pensando que era mi hija moviéndola y me di cuenta de que era un terremoto. He dormido mal, como inquieto", explicó el hombre que reside desde hace 40 años en el segundo edifico más alto de Pamplona. "La torre se construyó con una pantalla interior, que corresponde al rellano, que está anclada en la roca y sube hasta arriba en hormigón armado", destacó.