- Hace justo nueve meses cuatro de los responsables del departamento de Salud, la consejera Santos Induráin, Carlos Artundo, Alfredo Martínez y Marian Nuin, se sentaron con semblante serio frente a los periodistas para anunciar que se había registrado el primer caso de covid-19 en la Comunidad Foral. Hasta en 36 ocasiones se había activado el protocolo por sospecha de coronavirus con anterioridad -todas ellas con resultado negativo-, pero esta vez no era así y, además, la paciente estaba grave. La mujer, de 39 años, había ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos y corría "riesgo vital". A las 19.30 horas de ese sábado de febrero fuimos conscientes de que el bicho ya había llegado, pero no nos podíamos ni imaginar los estragos que iba a causar a partir de entonces, ya que en estos 273 días que ha estado circulando por territorio foral ha infectado a 39.519 personas, acabando con la vida de 870, según los datos registrados por el departamento de Salud, si bien estas cifras serán más elevadas, ya que al inicio de la pandemia no se hacían pruebas a todos los casos.

La primera contagiada superó la infección y tras 55 días hospitalizada, 47 de ellos en la UCI, recibió el alta, pero ese 29 de febrero comenzó un intenso combate contra una infección totalmente desconocida. Por el esfuerzo, dedicación y entrega del personal sanitario y sociosanitario, el Gobierno foral les reconoce ahora con la Medalla de Oro de Navarra-Nafarroako Urrezko Domina de este año, porque personifican "como nadie la lucha contra la enfermedad". Así, los aplausos ciudadanos darán paso el próximo jueves al reconocimiento institucional con la concesión de la máxima condecoración de la Comunidad Foral a este colectivo de alrededor de 19.000 profesionales -tanto del sector público como privado-, de los que 15.000 son del ámbito sanitario y 4.000 del sociosanitario, los cuales ofrecen "una atención abnegada, afrontando el riesgo para ellos y sus familias, y con dedicación y esfuerzo en condiciones muy adversas". La pandemia, además, nos ha permitido constatar, entre otras muchas cosas, la importancia de tener un servicio sanitario público potente y el valor del trabajo en equipo.

El mismo día que se decretó el Estado de Alarma, el 14 de marzo, se registró el primer fallecimiento por covid-19 en Navarra. Era una mujer de 87 años que vivía en la residencia Virgen de Jerusalén de Artajona y una de sus cuidadoras, Amaya Iriarte, se encargará de recoger la Medalla de Oro junto a la enfermera Ana Ariztegi y el médico Carlos Ibero.

Durante la primera ola de la pandemia, el personal sanitario y sociosanitario vivió momentos muy duros, porque al total desconocimiento que había del virus, se unió los problemas de abastecimiento que hubo de equipos de protección, la limitada capacidad para hacer pruebas diagnósticas, que provocó que en el primer mes y medio los test se destinaran principalmente a colectivos vulnerables, profesiones esenciales y casos graves, así como la total reorganización que hubo que hacer de toda la atención sanitaria, tanto en Primaria, como en hospitalaria. Durante esa primera onda epidémica, el 2 de abril fue el pico de mayor ocupación en los hospitales navarros, con 711 pacientes ingresados, de los que 616 estaban en hospitalización convencional (planta y hospitalización a domicilio). Esa misma jornada se registró la mayor ocupación de camas UCI, con 95 personas en puestos de críticos.

La segunda ola, como constata Salud Pública, está siendo "menos abrupta y más extendida en el tiempo que la primera", con más ingresos UCI y menos muertes . De hecho, como han puesto de manifiesto los profesionales en reiteradas ocasiones, este verano no han tenido tiempo de descanso, porque desde principios de julio, de manera lenta pero progresiva, el número de positivos ha ido creciendo hasta que el pasado 24 de octubre se llegó a alcanzar el triste récord de 698 diagnósticos en un día. En cuanto a la ocupación hospitalaria, el techo se registró el 1 de noviembre, con 427 ingresados, de los que 369 estaban en hospitalización convencional. Sin embargo, el día con más pacientes en UCI fue el 10 de noviembre, con 69.

En estos meses, Navarra ha ido mejorando su capacidad de rastreo y detección precoz combinando diferentes sistemas y pruebas, pero apostando desde el principio por las PCR como principal método diagnóstico, si bien en octubre se incorporaron los test de antígenos con buenos resultados. Ahora, como sociedad, toca no relajarse y seguir cumpliendo las medidas, porque, como dijo Induráin al conocer los galardonados de este año, "el mejor premio para los sanitarios es lograr, entre todos y todas, detener la expansión de la pandemia".

Poblaciones. Para hacernos una idea de la magnitud de la pandemia en Navarra, en cuanto a la cifra de personas contagiadas por la covid-19, las 39.519 personas infectadas hasta la fecha son algo más que la población de Tudela, con alrededor de 35.000 habitantes, pero es una cifra muy cercana a la suma de las poblaciones de Barañáin y Valle de Egüés, con unos 20.000 habitantes cada una.

0,7%

El 9,65% (3.767) de los pacientes diagnosticados de covid-19 hasta la fecha ha necesitado ser hospitalizado y el 0,72% ( 280) ha requerido ingreso en UCI.

19%

El 19% del personal sociosanitario que se sometió a las pruebas en el último cribado tenía anticuerpos, según indicaron desde el departamento de Derechos Sociales. Asimismo, señalaron que en la primera ola se registraron 268 fallecimientos en centros residenciales de mayores y en esta segunda ola suman 65. En los centros de discapacidad hubo 8 fallecidos en la primera ola y tres, en esta segunda.