Alrededor de 40 colectivos sociales, de ámbitos como el feminismo , la sanidad , las pensiones , ecología, in migración o estudiantil, han celebrado este sábado en Pamplona, con motivo del 1º de Mayo, una manifestación conjunta en la que han exigido "cambios urgentes" para asegurar "una vida digna" y han reivindicado que "nadie se queda atrás".

Entre los convocantes se encontraban colectivos como SOS Racismo, la Plataforma Navarra de Salud, REAS, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), la Comisión Antisida, Ekologistak Martxan, Lunes Lilas, Pentsionistak martxan, así como los sindicatos CGT, ESK, LAB y Steilas.

La movilización, en la que han participado 730 personas según la Delegación del Gobierno, ha partido pasadas las 17.30 horas desde la plaza de Baluarte precedida por una pancarta con el lema 'Nadie se queda atrás'. Los diferentes colectivos han portado pancartas con mensajes como 'Regularización ya. Papeles denontzat', 'Atención Primaria aurrera' o 'Pensión mínima 1.080'. También se han coreado consignas como 'Ninguna persona es ilegal', 'Ni gente sin casa ni casas sin gente' o 'Gobierne quien gobierne las pensiones se defienden'.

La marcha ha recorrido el centro de Pamplona y ha finalizado en la Plaza del Castillo donde se ha leído un manifiesto en el que se ha reivindicado que este 1 de mayo "sirva para aliarnos para que ninguna persona se quede atrás". Igualmente, han exigido "cambios urgentes" y han subrayado que "seguiremos haciendo red, resistencia y lucha hasta que cada una de nosotras tenga un hogar, alimentación saludable, trabajo, seguridad educativa y sanitaria y tiempo para disfrutar, en definitiva, una vida digna y gozosa".

"Hoy, todas las persona que estamos aquí y las organizaciones en las que participamos, avanzamos un paso más en este camino compartido que nos lleva desde Iruñerría a un mundo en el que nadie se queda atrás", han manifestado.

Así, han destacado que "no dejamos atrás" a las personas que "trabajan en condiciones indignantes" y que "despiden sin escrúpulos", a la juventud con trabajos "precarios" y que no se pueden emancipar o a los pensionistas que "no pueden envejecer en paz y dignamente después de una vida trabajando".

También han criticado que "los cuidados que deberían ser públicos y gratuitos se mercantilizan y no se reparten equitativamente". "No olvidamos que en vez de repartirse el trabajo se prolonga la edad de jubilación" y que "a pesar de los programas electorales, no se reduce la jornada laboral".

Igualmente, han censurado que "la ley de extranjería, el racismo institucional, no permite tener una vida y trabajo digno a las personas sin papeles" y han rechazado que "el sistema empuja a la precariedad laboral y de vida" a las personas LGTB.

Asimismo, han llamado la atención ante "los estragos y las tragedias medioambientales y la explotación y sobreproducción animal en beneficio del lucro de unos pocos". Y han apostado por "un nuevo sistema, modelo o paradigma que coloque a las personas en el centro, unas transición eco-social basada en la soberanía alimentaria y energética, decrecentista y garantista, que desarrolle políticas centradas en el territorio y en el bienestar de todas las personas".