Una manifestación reivindicó ayer en Pamplona que "migrar es un derecho" y que la acogida es "la obligación de las instituciones". La movilización, convocada por la Coordinadora Antirracista de Navarra con motivo del Día Mundial de las Personas Migrantes, partió desde la plaza de las Merindades, precedida por una pancarta con el lema Migrar es un derecho, en varios idiomas. Los manifestantes portaron carteles con mensajes como 'Ninguna persona es ilegal', banderas realizadas con mantas térmicas y antorchas "como se hacía con los barcos perdidos y que pudieran llegar a la costa".

La manifestación recorrió la Avenida Carlos III y finalizó en la plaza del Ayuntamiento, donde se leyó un comunicado que reivindicó que "migrar es un derecho, es el derecho a la vida digna y en igualdad de condiciones, a decidir cómo queremos vivir". Sin embargo, lamentaron, "migrar se ha convertido, gracias a la necropolítica migratoria, en un acto de resistencia y desobediencia al orden mundial injusto". Por otro lado, subrayaron, "la acogida es un deber, no es negociable" y criticaron que las instituciones "lejos de garantizarla y blindar derechos, los siguen condicionando, vulnerando o mirando hacia otro lado, excusándose, por ejemplo, en la falta de competencias".

La marcha realizó diferentes paradas para señalar a las instituciones "que consideramos responsables y cómplices". Primero, en la Delegación del Gobierno, luego frente al Gobierno de Navarra, y finalmente en la plaza Consistorial. "Estamos cansadas de oír que no tienen competencias", manifestaron desde la Coordinadora Antirracista de Navarra.