Pese a que la jurisdicción actual prohíbe emplear la mediación en los casos de violencia de género, los expertos Carmen Guil y Raúl Calvo alabaron la eficacia de las técnicas restaurativas en este y otro tipo de conflictos.

Carmen Guil, magistrada de la Audiencia Provincial de Barcelona y vicepresidenta del GEMME, pidió que se alce la prohibición de la justicia restaurativa en los casos de violencia de género. "Se debe hacer como en el resto de víctimas. La ley solo prohíbe la mediación, no la restauración. Pido a todos los jueces que os saltéis esta barrera y que utilicéis la justicia restaurativa en violencia de género. Muchas veces, la víctima necesita quitarse de una parte de culpa que suelen tener y la justicia restaurativa produce en estos casos un gran efecto sanador. El proceso penal no les da nada porque no les deja hablar. Solo se interesan por el hecho, sin saber cómo se siente ni cómo se encuentra después".

"No estamos defendiendo que sustituyamos la justicia penal por la restaurativa. El proceso penal sigue su curso porque no hemos encontrado otro sistema mejor. Pero eso no es suficiente ni para víctimas ni para victimarios. Eso sí, las víctimas necesitan asegurar que el proceso no les causa una revictimización", añadió.

Por su parte, Raúl Calvo Soler, experto en resolución de conflictos y mediador, explicó que "el derecho penal se ha mostrado totalmente insuficiente en violencia de género y en los delitos medioambientales. Para que el derecho penal funcione, es necesario que la amenaza penal disuada del comportamiento, lo que sin duda no ocurre en este tipo de casos. Hemos pensado que a base de identificar culpables y castigarlos ya era suficiente, pero el derecho penal no se encarga de recomponer los vínculos sociales".