El colegio Salesianos cerró sus puertas de la calle Aralar de Pamplona en junio de 2019, cuando inició un complicado traslado hasta Sarriguren. Había que llevar cientos de pupitres y máquinas sin que se extraviara la esencia del casi centenario centro educativo. Fue un trabajo engorroso, dificultado todavía más por la pandemia, pero el resultado ha sido excelente. Unas instalaciones con el triple de espacio (45.000 metros cuadrados frente a 16.000) dan ahora cobijo a 1.200 estudiantes, como explican Txemari Zuza, jefe de estudios de FP y Rosa Erro, jefa de estudios de ESO y Bachillerato. “Teníamos las instalaciones muy obsoletas. Las metodologías y la manera de trabajar no tienen nada que ver ahora, y eso que todavía no le hemos sacado todo el jugo posible a las instalaciones”, aseguran.

El flamante Salesianos de Sarriguren acoge a diario a 1.200 alumnos y alumnas, 900 en educación reglada (250 en Secundaria, 50 en Bachillerato y unos 600 en FP) y otros 300 en Formación para el Empleo. “Como dependemos de acuerdos con Educación, no podemos crecer todo lo que nos gustaría y mantenemos el mismo número de estudiantes que en el centro de Pamplona. Nosotros podríamos ofertar más y se barajaba dar clases también por la tarde, pero por el momento no será así”, señala Txemari Zuza.

Los estudiantes de Tecnología atienden a las explicaciones del profesor en una de las clases.

Para el próximo curso, la oferta del centro seguirá siendo la misma: los cuatro cursos de la ESO; UCE (Unidad de Currículo Especial); Bachillerato (Ciencias y Tecnología); FP Básica (Electricidad, Fabricación Mecánica y Artes gráficas); Grado Medio (Carpintería y Mueble, Soldadura y Calderería, Mecanizado, Instalaciones Eléctricas y Automáticas, Preimpresión Digital Artes Gráficas, Impresión Artes Gráficas y Sistemas Microinformáticos y Redes) y Grado Superior (Programación de la Producción en Fabricación Mecánica, Diseño en Fabricación Mecánica, Mantenimiento Electrónico, Diseño y Gestión de la Producción Gráfica y Automatización y Robótica Industrial).

Grados muy masculinizados

“El ciclo más demandado en Grado Medio es Microinformática y Redes y, en Superior, los de Robótica Industrial y Producción por Mecanizado”, explica Txemari Zuza, quien lamenta que todavía haya bastantes más chicos que chicas en la mayoría de los grados. “Las chicas que tenemos son fantásticas y nos empeñamos en que vengan más, pero todavía no se ve en la sociedad que una chica sea electricista, mecánica o que esté con la robótica. Es una pena porque son ciclos socialmente masculinos”.

El aspecto más positivo es la gran inserción laboral de sus estudiantes, por encima del 90%. “En la FP estamos en un momento muy dulce porque tenemos un porcentaje altísimo de colocación en empresas. En Grado Medio rozamos el 100% y en Grado Superior también es un porcentaje muy bueno. Prácticamente todos lo que quieren trabajar tienen actualmente empleo. La ventaja de la FP Dual es que, como están 600 horas de prácticas en las empresas, empresario y trabajador se terminan conociendo”, remarca Txemari Zuza.

Dos alumnos realizan varias piezasen uno de los talleres.

Prácticas en 400 empresas

Salesinos mantiene convenios con unas 400 empresas en las que realiza prácticas su alumnado. “Los de Grado Medio tienen que hacer 390 horas y los de Grado Superior tienen más de 600 horas de taller. Este año han abierto las prácticas en empresas para Grado Medio y se les hace un seguimiento. Como son menores, hay que ir a dejarlos y a recogerlos y es muy positivo para ellos”, señala el jefe de estudios.

“Este año ya está siendo todo normalizado, pero ha habido una generación que no pasó por las empresas a causa de la pandemia. Empezaron las prácticas en marzo y, a la semana, se tuvieron que ir todos para casa. Pasaron de hacer prácticas a proyectos y ayudó mucho la conectividad porque teníamos equipos para prestar. Este año ya va a ser el primer curso completo y todos van a desarrollar todo el programa”, asegura.

Movilidad internacional

Además, Salesianos sigue apostando por la movilidad internacional, como explica Rosa Erro. “Formamos parte de Erasmus, eTwinning y los de cuarto de la ESO van a empezar una movilidad a Francia con la asignatura de Latín. En bachillerato, ya tenemos tratados en Parma y estamos retomando toda esta movilidad, que también se da en los grados. Nuestra idea es seguir apostando por estos proyectos europeos”.

Alumnado de Artes Gráficas, durante una clase de fotografía.

“Otro de nuestros rasgos distintivos es el seguimiento que hacemos a las familias”, añade Rosa Erro. “Realizamos una o dos entrevistas por trimestre y apostamos por un servicio de orientación potente con tres trabajadores para que puedan atender al alumnado. Además, como somos un centro salesiano, hay un club de tiempo libre los fines de semana y que completa un poco la formación. Nos estamos integrando un poco dentro de la comunidad de Sarriguren. Se ofrecen salidas, campamentos y otras formas de aprovechar el tiempo libre alejados de las pantallas”.

“La clave es que los chavales vienen aquí a gusto por la relación con compañeros y profesores, por las instalaciones y porque se les escucha”, concluye Txemari Zuza. “No es solo el centro y el aparato, sino que hay algo más: seguimiento, cariño y cercanía”.