El ahorro de agua, el consumo de alimentos locales y cultivados de forma sostenible, y apostar por vehículos poco contaminantes o no tirar basura -como las colillas- al suelo, son algunas de las pautas que reducen el impacto humano en el medioambiente.

La ONU ha destacado, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente -que se celebra este domingo- y bajo el lema "Una sola Tierra", la necesidad de vivir de forma sostenible a través de cambios de hábitos sustanciales, no sólo políticos, sino también en forma de "elecciones cotidianas que nos guíen hacia estilos de vida más limpios y ecológicos". Algunos hábitos cotidianos de consumo que se pueden modificar o cambiar:

Ahorrar agua: la Agencia Europea de Medio Ambiente estima que los españoles usamos, de media, 144 litros de agua dulce al día, "casi el triple del consumo de agua determinado para las necesidades humanas básicas", por lo que recomiendan utilizar rociadores (alcachofas) de ducha específicos para el ahorro del recurso, lavadoras de clase A, que gastan la mitad de agua que modelos más antiguos, o cerrar el grifo durante el cepillado de dientes y cuando la persona se enjabona.

No desperdiciar comida: según el Índice de Desperdicio de Comida de 2021 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), en torno al 17 % de la producción total de comida es desperdiciada, unas cantidades que superan los 930 millones de toneladas de desechos al año, lo cual tiene un impacto directo en la explotación de recursos y en la generación de contaminación.

Según la ONU, la agricultura mundial produce alimentos para 12.000 millones de personas, y, sin embargo, 850 millones tienen problemas con el abastecimiento de comida y seis millones de niños menores de cinco años fallecen anualmente por malnutrición o falta de alimento.

Consumir productos locales: decantarse por alimentos procedentes del extranjero, y por frutas y verduras fuera de temporada, ocasiona un notable impacto ambiental en forma de envases de plástico, emisiones de dióxido de carbono (CO2), originados por el transporte de la carga, la sobreexplotación de recursos hídricos o del propio suelo, al forzarse los ciclos naturales de producción de los alimentos.

Usar vehículos sostenibles: bicicletas, patinetes o vehículos eléctricos son las opciones menos contaminantes, datos que se respaldan con el último realizado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) que certifica un descenso en el número de matriculaciones de vehículos de combustión, una tendencia que ayuda a disminuir las emisiones de gases contaminantes.

Las colillas a su contenedor: un estudio de la Universidad de Berlín asegura que una sola colilla por sus ingredientes tóxicos puede contaminar hasta mil litros de agua, aparte de las nefastas consecuencias sobre la salud de las personas y el medio ambiente que provocan los más de 6 trillones en todo el mundo, el cultivo del tabaco conlleva el uso de pesticidas que degradan el suelo, lo que convierte en un problema sanitario y medioambiental esencial.