Navarra fue pionera en contar con una guía de actuación ante agresiones sexuales con sumisión química. Desde noviembre de 2020, los forenses, el sistema sanitario y las Policías siguen las mismas pautas de intervención, que tienen como principio fundamental la recogida inmediata de muestras de sangre y orina, y cabello, en aquellas personas que han sido objeto de un delito sexual con consumos de sustancias químicas.

El Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF) recibió en 2020 el encargo por parte de la entonces presidenta de la Audiencia Provincial de Navarra, Esther Erice, de confeccionar un protocolo de actuación ante agresiones sexuales con sumisión química, tras las reuniones mantenidas por la comisión de coordinación contra la violencia de género.

Después de establecer contacto con los Servicios de Ginecología del Hospital Universitario de Navarra (HUN), Hospital Reina Sofía de Tudela y Hospital García Orcoyen de Estella-Lizarra, el INMLCF elaboró un documento para fijar el modo de intervención ante un caso sospecho de agresión sexual con sumisión química.

Al respecto, Iñaki Pradini, director del INMLCF, considera que en la Comunidad Foral “siempre hemos tenido una sensibilidad especial con este tipo de violencia hacia las mujeres y desde que estoy ejerciendo, hace más de 20 años, siempre ha existido un protocolo de actuación con las víctimas de agresiones sexuales que en otras CCAA no existía”. El caso de La Manada de Sanfermines, según apunta Pradini, llevó a los agentes implicados en la materia a considerar necsesario una actualización del protocolo existente para “cubrir los posibles casos de sumisión química”, algo que a lo largo de este año 2022 ha afrontado el Ministerio de Justicia, que ha publicado un manual de buenas prácticas en este ámbito.