Rubén Gutiérrez y Naroa Ginés tienen desde el mes de agosto de 2021 una tercera hija. Su nombre es Olha. En la misma situación están José Ignacio Santos y Estefanía Blanco, aunque, en su caso, Yuliana es la cuarta. Sin embargo, a los primeros se les ha denegado en varias ocasiones la consideración de familia numerosa, mientras que los segundos, que ya lo eran, tienen que actuar de forma distinta con esta última respecto al resto de sus hijas.

Yuliana Tsaryk y Olha Tarasenko son dos chicas ucranianas de 13 años que llegaron en 2017 a Navarra a través de la asociación Chernobil Elkartea. Desde entonces, con la salvedad del año 2020, por la pandemia, han pasado las vacaciones de verano y Navidad con estas dos familias navarras, que siempre las han tratado como si fueran sus hijas o hermanas. La situación cambió en 2021, cuando ambas familias, de acuerdo también con los deseos tanto de las menores como de sus familiares en Ucrania, decidieron traerlas bajo la figura de la acogida temporal por estudios.

Esta situación, en la que no cabría la solicitud de familia numerosa, cambió en febrero de este año, con la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso. En condiciones normales, Yuliana y Olha llegan a Navarra con el comienzo de curso y se marchan de nuevo a su país en verano, regresando nuevamente en septiembre para el siguiente año académico. Esto es lo que debería de haber sucedido en verano de este año, pero la guerra lo imposibilitó y ambas menores permanecieron con sus familias de acogida. Y lo lógico sería que, aun en el caso de que el conflicto no se alargue hasta abarcar los próximos veranos, las menores no tengan que verse obligadas a regresar a una zona en mayor o menor medida devastada.

Nula flexibilidad

La legislación establece que, para el caso de las familias numerosas, tienen igual consideración que los hijos biológicos las persona sobre las que se ostente una “tutela o acogimiento familiar permanente o preadoptivo”. A eso es, precisamente, a lo que se agarra la Administración para denegar la consideración de familia numerosa en el caso de los Gutiérrez-Ginés y la inclusión de Yuliana en el de los Santos-Blanco.

Sin embargo, ambas familias entienden que, dada la situación en Ucrania, es probable que las menores se queden en Navarra de forma indefinida, por lo que deberían tener los mismos derechos que sus hijas biológicas.

Y de igual manera lo ve el Defensor del Pueblo de Navarra, Patxi Vera, que se dirigió al departamento de Derechos Sociales en el que recomienda que se atienda a la petición de las familias. En su escrito, Vera argumenta que, si bien no cabe duda de que una interpretación literal de la norma no permite tener en cuenta a Yuliana y Olha para la consideración de familia numerosa, considera que una interpretación literal no se ajusta a esta situación, dado que la guerra en Ucrania ha hecho que sea probable que “lo que se inició como un acogimiento temporal, por el propio interés de las menores, se acabe convirtiendo de facto en un acogimiento similar a uno permanente”.

Las familias, cansadas

La petición del Defensor del Pueblo cayó en saco roto y las dos familias están ya muy cansadas de pelear con la Administración por lo que ellos entienden que es lógico, además de un derecho de sus hijas de acogida. Pero tristemente no es algo nuevo para ellas, ya que los problemas comenzaron en el momento de iniciar los trámites para la acogida, o incluso en los años anteriores.

“Empezamos los trámites en febrero y conseguimos que nos diesen el ok a finales de julio o agosto. Con e tema del visado, para cuando pudo venir Yuliana fue el 25 o 26 de septiembre”, explica Estefanía. “No hay un departamento que se encargue de todos estos trámites. Existe la opción de la acogida por estudios, pero cuando quieres traerles aquí nadie sabe nada. Te van pasando de un departamento a otro. A mí me estuvo asesorando una conocida que estaba había estado en la misma situación, porque si es por la administración...”, incide Naroa.

Por otro lado, y al no poder volver las chicas a Ucrania, ambas familias tuvieron que pedir una prórroga de la acogida. En ese momento tuvo que se prorrogada automáticamente su inscripción en la Seguridad Social, para no quedarse sin cobertura, pero no fue así. “Fuimos a una consulta y nos dijeron que teníamos que pagarla. Y bueno, era una consulta, pero imagínate que tenemos un accidente, o que tiene una apendicitis. Nos arruina”, explica Rubén.

“Incluso nos pidieron documentación distinta para la prórroga”, añade Naroa, que explica que a ellos les pidieron ir al notario, tanto aquí como en Ucrania, mientras que a Estefanía y a José Ignacio les bastó con una carta manuscrita de su abuela. “Al principio me dijeron que su abuela tenía que ir al notario. ¿En qué cabeza cabe que tenga que ir a Kiev, una ciudad que en esos momentos estaba siendo bombardeada?”, relata Estefanía. En su caso la Administración accedió, pero a Rubén y Naroa siguieron pidiéndoselo. “Nos dijeron que como tenía 60 días, la madre tenía tiempo de sobra para ir a Kiev”, explica Rubén, que asegura que también les han llegado a pedir documentación diferente según el departamento.

Respecto a la cuestión de la familia numerosa, Estefanía explica que el argumento que les dieron para denegarlo fue que no sabían “cuánto tiempo van a estar aquí las chicas”. “Van a estar mínimo hasta marzo de 2024, porque nos aconsejaron en Extranjería que la hiciésemos refugiada, porque iba a estar más cubierta”, pero no les vale. Hay que recordar que la condición de familia numerosa se revoca si los hijos son mayores de edad e independientes económicamente de sus padres o, en cualquier caso, al cumplir los 21 años, por lo que las familias no entienden por qué no se les concede mientras Olha y Yuliana vivan aquí, volviendo a la situación previa una vez regresen a su país, en el caso de que así sea. l

Más información

Las familias. José Ignacio Santos y Estefanía Blanco tienen ahora cuatro hijas: Yuliana Tsaryk, de 13 años, y Aitana, Aroa y Ariadne, de 12, 11 y 9, respectivamente. Rubén Gutiérrez y Naroa Ginés han pasado a tener tres hijas: Olha Tarasenko, de 13 años, Nahia (12) y Ariane (9).

Próximos pasos. Después de las repetidas negativas por parte de la Administración y de que la recomendación del Defensor del Pueblo de atender a la solicitud de las familias también haya sido desoida por esta, a las familias solo les resta acudir a los tribunales para ver si por esa vía es posible solucionar el conflicto.