Dos años de pandemia de covid-19 han dejado muy debilitado al sistema sanitario y especialmente a la Atención Primaria, que ya arrastraba una serie de problemas desde antes de la llegada del virus, pero la ciudadanía navarra sigue teniendo en buena estima a la sanidad pública y la prefiere claramente a la privada.

De hecho, la población navarra es la que otorga a los profesionales de los centros de salud la puntuación más alta de todo el Estado y la que menos mano echa de la sanidad privada. Según el último informe sobre la Atención Primaria que ha elaborado recientemente la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), los pacientes navarros dan a los médicos una valoración de 8,13 puntos (sobre 10), la mayor entre las comunidades, y de 8,20 a las profesionales de enfermería, la tercera mejor valoración, solo después de La Rioja (8,31) y Aragón (8,21).

La nota global que la ciudadanía de la Comunidad Foral otorga al conjunto de la Atención Primaria también está entre las más altas del Estado con un 6,51, aunque destaca el descenso que se ha producido -en todas las comunidades- tras la pandemia, ya que en 2019 la valoración era de 7,34.

El 77,6% prefiere lo público

La confianza en el sistema público, en este caso en Osasunbidea, es plena. El 77,6% de los navarros si pudiera elegiría para la Atención Primaria el sistema público y solo el 20,4% preferiría una consulta privada. Es el mayor grado de confianza de todo el Estado.

Pero si nos fijamos efectivamente en el uso, el informe detalla que los navarros son quienes menos echan mano de las consultas privadas: tan solo el 2,8% ha acudido al sector privado en el último año, frente al 65,5% que se ha decantado por la sanidad pública. Un 7,9% acudió a ambos.